Vitoria - No hay dos sin tres. ¿O sí? Porque el Deportivo Alavés se ha empeñado en la actual temporada en echar por tierra esta máxima. Al menos, en lo que a tropiezos consecutivos se refiere. El conjunto de Mendizorroza ha superado ya con creces los dos tercios de la Liga sin encadenar tres derrotas. Y es precisamente a esa fiabilidad a la que se aferra para encarar la visita del próximo sábado a Soria. En una cita de especial trascendencia para su futuro, el equipo confía en mantener la dinámica de juego exhibida hasta la fecha y poner fin a la sequía de puntos que sufre su casillero tras perder en las dos últimas semanas ante el Sporting de Gijón y el Betis.

Más todavía, cuando en ambos compromisos el combinado de Alberto ofreció un nivel notable y mostró argumentos más que suficientes para haberse hecho acreedor a un mejor resultado. La contundencia del líder y el tercer clasificado, sin embargo, se lo impidió. Claro que la capacidad de estos dos conjuntos ni mucho menos está al alcance de todos por lo que, al menos a priori y siempre que mantenga ese nivel, El Glorioso debería encontrar menos dificultades para salir airoso de Los Pajaritos.

En cualquier caso, la prioridad del plantel albiazul debe ser su propio comportamiento y, en este sentido, tiene suficiente con echar la vista atrás mínimamente para encontrar ejemplos de los que aprender y tratar de repetir. Con el añadido, además, de que su actual situación clasificatoria es mucho más desahogada que en las ocasiones precedentes, por lo que puede jugar sin la tensión y los nervios que inevitablemente se convierten en un pesado lastre en las piernas y en la cabeza cuando la amenaza de los puestos de descenso pisa los talones.

Una circunstancia que no se da en la actualidad, cuando lo que tiene por delante el Alavés es la ilusión de hacer frente al bonito desafío que supone tratar de luchar hasta el final por la última plaza que da acceso a disputar la promoción de ascenso a Primera División. Para ello, en cualquier caso, no puede dejar pasar más oportunidades y necesita reencontrarse con un triunfo que le ha sido esquivo ante Sporting y Betis. Tras estos comprensibles tropiezos, el calendario le depara sendos choques vitales ante Numancia y Ponferradina, sendos rivales directos en la lucha por acceder al sexto puesto.

En esta tesitura, bien haría el conjunto vitoriano en repasar sus apuntes y refrescar lo que puso en práctica en las anteriores ocasiones en las que sumó dos derrotas de manera consecutiva. Los números demuestran que conoce de sobra la respuesta que debe ofrecer para poner punto final a esta serie negativa manteniendo el tercer capítulo inédito y en Soria tendrá que volver a ponerlo de manifiesto.

La primera ocasión en la que la escuadra de Mendizorroza sintió los nervios propios de quien ve cómo es derrotado dos veces seguidas fue en los albores de la temporada. Después de haber iniciado el curso con buena nota y siete días después de haber deslumbrado incluso en la visita a El Sadar, El Glorioso veía como, en la cuarta jornada, el Barcelona B le sacaba los colores en la primera parte del duelo que tuvo lugar en Mendizorroza y adquiría una renta (0-3) que presagiaba lo peor. Sin embargo, en la segunda parte fue capaz de reaccionar y solo el error de Juli en el lanzamiento de un penalti en el último minuto le privó de salvar un punto. El duelo, en cualquier caso, concluyó en derrota (2-3). Un balance que se repitió la siguiente jornada en La Romareda ante el Zaragoza (1-0).

Decimosexto en la clasificación con cinco puntos en su casillero y solo uno de ventaja sobre el descenso, el cuadro de Alberto comenzaba a sentir ya cierta angustia cuando recibió al Sabadell. Sin embargo, no se dejó dominar por los nervios y con dos goles de Despotovic y uno de Tejera despachó sin demasiados problemas (3-1) a los arlequinados.

Tras un periodo de relativa calma, el Alavés volvió a encadenar dos derrotas precisamente en la fase del calendario que tiene que completar ahora en la segunda vuelta. Primero cayó en el Paseo de Cervantes ante el Numancia (0-2) y una semana más tarde regresó de vacío de Ponferrada (2-1) pese a haberse adelantado en el marcador. De nuevo la inquietud hizo acto de presencia y el equipo (decimocuarto con 19 puntos y tres de renta sobre la zona roja) se preparó para recibir al Albacete. En un encuentro sin excesivo brillo y con más corazón que argumentos futbolísticos, de nuevo el triunfo se quedó en casa (2-1).

No hubo que esperar demasiado para la siguiente prueba. Apenas quince días después de imponerse a la escuadra manchega, el plantel vitoriano fue superado con claridad por el Mirandés (1-3) primero y por el entonces intratable Valladolid después (2-0). De nuevo problemas y, además, con la visita del potentísimo Las Palmas como siguiente compromiso. Esta ha sido la única vez que el Alavés no ha logrado un triunfo tras dos tropiezos pero, al menos, rompió la mala racha con un empate (1-1).

Por último, el nefasto periplo catalán con las visitas al Sabadell y el Llagostera de las jornadas 27 y 28 fue la última ocasión en la que El Glorioso se encontró en una situación como la actual. Tras firmar dos de sus peores encuentros de toda la temporada y en la posición decimoquinta (con 32 puntos, cuatro de ventaja sobre el descenso y, eso sí, el duelo aplazado ante Osasuna pendiente de disputarse), el equipo recibía a un recuperado Mallorca con una buena dosis de presión encima. Pero, una vez más, pudo con ella y se impuso 2-0 demostrando que, por ahora al menos, sí que hay dos sin tres. El sábado, deberá repetirlo en Los Pajaritos.