vitoria - Independientemente de cómo concluya finalmente la temporada, una de las grandes noticias del curso es, sin duda, la importante participación que han tenido los jóvenes de la cantera en el primer equipo. Allá por el lejano mes de agosto el club confirmó que tanto Einar Galilea como Sergio Llamas pasaban a ser miembros de pleno derecho del grupo a las órdenes de Alberto y, con el paso del tiempo, el técnico se ha encargado de corroborar que aquel anuncio era bastante más que una declaración de intenciones.
Porque a diferencia de lo que sucede en numerosas ocasiones -y el Alavés ha sido, desgraciadamente, un buen ejemplo de ello-, en esta oportunidad el cuerpo técnico sí ha tenido en cuenta a estas dos jóvenes promesas y no ha tenido miedo de colocarles sobre el césped en situaciones, incluso, de máximo compromiso. Sin embargo, pese a haber dispuesto ambos de oportunidades, lo cierto es que Einar y Sergio han recorrido caminos opuestos desde que arrancó el curso.
Como si alguna misteriosa fuerza se empeñase en impedir que disfruten a la par de sus presencias sobre el césped, los dos canteranos han ido alternando semanas de minutos de juego con otras de destierro a la grada de manera casi alternativa.
El primer paso lo dio Llamas en el encuentro que inauguró la temporada en Leganés. En lo que, visto lo visto después, puede considerarse perfectamente una declaración de sus intenciones, Alberto no dudó en concederle la titularidad para hacer frente a las bajas que afectaban al equipo. Bien es verdad que en un partido en el que todo el equipo ofreció un nivel pobre -y jugando fuera de su posición natural- fue sustituido al descanso, pero la barrera ya estaba rota.
A partir de ahí, sin embargo, el centrocampista fue perdiendo peso de manera progresiva hasta convertirse en un fijo de los descartes y plantearse la posibilidad de que saliera cedido en el mercado de invierno. Una opción a la que Alberto no dio el visto bueno porque seguía contando con él. Un argumento que en aquel momento parecía no demasiado creíble pero que, en la actualidad, resulta evidente.
Porque es precisamente ahora cuando Sergio disfruta de su mejor momento de todo el curso. El pasado sábado, ante el Sporting, formó parte del once titular por tercera vez desde que arrancó la campaña y ha dispuesto de algún minuto en las siete últimas jornadas de manera consecutiva. En la mayoría de ellas, además, cumpliendo con creces y siendo pieza destacada de un Alavés que ha logrado llegar a colarse en la pelea por la sexta plaza tras asegurar la permanencia.
Pues bien, todo esto lo ha visto Einar desde la grada. Y es que el central ha vivido un proceso inverso al de Llamas. Precisamente cuando este último destaca, a él lo toca el desagradable papel de no disponer de oportunidades. Precisamente lo contrario de lo que sucedió en la primera vuelta. Entonces, cuando Sergio parecía defenestrado, Galilea disfrutó de minutos en once encuentros de Liga, siendo titular en ocho de ellos. Su última presencia sobre el césped fue precisamente en el duelo ante el Las Palmas que supuso el paso del ecuador de la Liga y, desde entonces, no ha vuelto a jugar y parece complicado que vuelva a hacerlo con el excelente nivel de la dupla Jarosik-Laguardia y Migue en la recámara. En cualquier caso, lo realmente importante es que ambos están demostrando que tienen sitio en la primera plantilla del Alavés.