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1-0, minuto 44: Manu Lanza. Tras una gran jugada colectiva, el barcelonés encara a Cámara en el pico del área y desde allí saca un latigazo con su zurda a la escuadra que supera por arriba a Dani Hernández.
X-X, minuto x: X. M.
Amonestó a Ricardo (minuto 20), Toribio (minuto 78), Carlos Ruiz (minuto 81) y Raúl García (minuto 87).
Vitoria - Ya se puede afirmar que el Deportivo Alavés ha instaurado una tiranía en Mendizorroza. Sentado en su trono, el equipo albiazul se ha convertido en un ejecutor imperturbable, en una trituradora de rivales, en un Tartalo que devora a todo aquel que se cruza en su camino, un Atila que arrasa por donde pisa. Y el alavesismo lo disfruta. No podía ser de otra manera. Hacía años que no se veía al Glorioso desplegar un fútbol tan devastador en el estadio del Paseo de Cervantes. La de ayer ante el Tenerife fue la sexta victoria consecutiva en casa, más sufrida que las precedentes, pero por la estrechez en el marcador, no por los méritos de un equipo que durante no pocos minutos borró a su rival del césped.
Alberto recuperó a dos de sus figuras destacadas, Juanma y Toti, y, como era previsible, apostó por Despotovic como sustituto de Barreiro con Manu García actuando como interior en la mediapunta para tratar de obstaculizar la creatividad del Tenerife en esa zona. Eso sí, lo que no varió fue la actitud y desde el primer minuto el cuadro albiazul salió a morder a su rival con una sensacional jugada en la que el delantero serbio, con un cabezazo, creó la primera ocasión de peligro.
No tardó el equipo vitoriano en hacerse con el control del balón, moviéndolo con tranquilidad a la espera de cualquier espacio ante un oponente que esperaba el fallo bien replegado. Y llegó el primer susto para Goitia tras un error propio: pérdida, balón parado, nueva pérdida y cabezazo de Albizua que se fue desviado por muy poco.
Un susto que supuso un primer aviso y que evidenció que la primera línea de presión del Tenerife, con muchos jugadores acumulados en el centro del campo, iba a resultar bastante difícil de superar, aunque, eso sí, que hacía augurar que en las ocasiones que se traspasase ese sistema de contención se podían encontrar vías francas hacia el área.
Eso sí, para conseguirlo el primer paso era evitar la posesión del cuadro chicharrero en el campo propio, ya que tras las recuperaciones había muchos metros por delante para recorrer. Con una mejoría en el trabajo de zapa, la transición defensa-ataque se aceleró y con la aparición en papel protagonista de Medina y Toti la acumulación de hombres en el entorno del área comenzó a destilar aroma de gol.
El Glorioso asumió el cetro y gobernó el duelo con despotismo, dejando al Tenerife reducido solo a las salidas por banda derecha de Suso. El balón quedó en propiedad local y la velocidad en el enlazado del juego comenzó a provocar una constante acumulación de ocasiones. Una absoluta tiranía en el tramo final de la primera parte a la que solo le faltaba el acierto en el disparo de gracia a un oponente ahogado. Y, cuando parecía que los vitorianos no iban a encontrar premio a su dominio, un latigazo ajustició al Tenerife. Lanza puso la genialidad, el toque del guante que tiene por pierna izquierda. Del pico del área a la escuadra. Todo un misil tierra-gol.
En la segunda parte el Alavés, como acostumbra, no se conformó con la ventaja, sobre todo al comprobar que el Tenerife no se iba a dar por vencido mientras tuviese vida. El equipo de Agné sufrió lo indecible sin balón, pero enseñó los dientes cuando tuvo la posesión. Los vitorianos buscaron desbocados la sentencia con un Lanza vestido de superhéroe, pero las acometidas no encontraron premio y los chicharreros en sus pocas llegadas metían el miedo en el cuerpo. Un resultado corto, demasiada estrechez para tanto esfuerzo. Y eso propició un tramo final de duelo pleno de tensión y al que, para los intereses albiazules, le sobró emoción. No se consiguió el tanto que sentenciase la victoria, pero en el apartado defensivo Laguardia tuvo una intervención salvadora de esas que no aparecerán nunca en las estadísticas pero que son tan importantes como el gol propio al evitar el del rival. Sufriendo mucho por no sentenciar, pero, y al final es lo que cuenta, dando continuidad a la tiranía instaurada en Mendizorroza.
Solo falló la efectividad. El Alavés pasó por encima del Tenerife durante muchos tramos del partido, pero le faltó el acierto que en las últimas jornadas había exhibido en el área rival para firmar una victoria más cómoda que hiciese justicia a su excelente nivel futbolístico. Con sufrimiento al final, llegó la sexta victoria seguida en casa y tercera seguida que engancha al equipo al ‘play off’.
Mucho fútbol, poco gol. El Alavés volvió a marcar el ritmo de juego y tuvo durante muchos minutos a su merced al Tenerife, pero solo fue capaz de marcar un gol en una genialidad de Lanza y no fue capaz de aprovechar sus muchas y buenas ocasiones a través de jugadas colectivas, lo que le llevó a sufrir al final.
En la pelea. Los resultados de la jornada de ayer fueron muy positivos para el conjunto vitoriano, que sigue recuperando posiciones y puntos en su particular reto de alcanzar el ‘play off’. Tras los empates ayer de Zaragoza y Llagostera, el cuadro albiazul está a dos puntos de la sexta plaza.
Llevaba unos cuantos partidos un poco apagado, pero ayer destapó el tarro de las esencias sacando a relucir toda su calidad con un golazo y varias acciones para guardar en vídeo.
Llevaba muchos partidos sin acumular minutos y echó de menos un poco de tacto a la hora de resolver los balones que le llegaron, pero de nuevo trabajó a destajo y se sacrificó.