vitoria - El Deportivo Alavés ha repetido once inicial en sus dos últimas comparecencias, ante Osasuna y Lugo. Un dato que pudiera parecer intrascendente por cuanto suele resultar muy frecuente en el fútbol profesional pero que ni mucho menos lo es en este caso. Porque cuando se han sobrepasado ya los dos tercios de la competición, esta es únicamente la segunda ocasión en la que se ha producido una situación semejante. Los resultados de estos dos choques recientes han sido contrapuestos, con una cómoda victoria y una derrota, pero más allá del balance de puntos la principal consecuencia que se puede extraer es que Alberto por fin ha encontrado el DNI albiazul.
A lo largo del curso, la escuadra de Mendizorroza ha ido mudando continuamente su piel -tanto en lo que hace referencia a la identidad de los hombres que estaban sobre el césped como a la manera de jugar- sin terminar de decantarse definitivamente por una versión en concreto. Hasta ahora. Justo en el momento en el que el siempre caprichoso calendario le ha obligado a afrontar tres compromisos en apenas siete días, El Glorioso ha apostado por un perfil concreto que, además, le ha conducido hasta la situación de mayor tranquilidad de la campaña.
Si bien es verdad que la repetición de los onces iniciales se ha producido en las dos últimas jornadas, lo cierto es que el cuadro de Mendizorroza lleva recorriendo este camino desde hace un mes. Fue entonces, con la goleada sobre el Zaragoza, cuando el equipo descubrió que este nuevo perfil -apostando más por el control de la pelota y los jugadores de más calidad- le podía reportar pingües beneficios y llevarle hasta zonas mucho más plácidas. Así, siete días después, Alberto repitió el esquema y la alineación en Sabadell. Era la primera vez que el técnico recurría al mismo once en dos partidos seguidos este curso y, lejos de casa, el equipo decepcionó con una puesta en escena apática que terminó en derrota ante el colista.
Como consecuencia de esta mala experiencia, el preparador guipuzcoano cambió de guión la semana siguiente y volvió a buscar otro perfil. Sin embargo, el balance fue aún más negativo y, ayudado por una actuación desastrosa de Manu Fernández, el Llagostera se hizo con los tres puntos. Tras este puntual desvío, el Alavés regresó para recibir al Mallorca al camino iniciado antes. Es verdad que se produjeron dos variaciones, pero ninguna alteró la esencia del planteamiento. Goitia sustituyó a un desafortunado Manu Fernández en la portería y Manu García hizo lo propio con el sancionado Toribio.
Cuatro días después, en el duelo aplazado ante Osasuna, Alberto continuó apostando por esta idea y solo llevó a cabo un cambio obligado por las circunstancias. De esta manera, Toribio regresó a la titularidad para ocupar la plaza del lesionado Rafa García. Así, llegó -por primera vez- la segunda victoria consecutiva y la esperanza de aspirar a retos mayores. Con esa idea y ese perfil se plantó el Alavés en Lugo. Pese a la acumulación de minutos repitieron presencia en el once todos los titulares y, aunque al final cayó derrotado, el equipo ofreció buenas prestaciones. Así pues, parece claro que El Glorioso ya tiene DNI.
Mismo once. Alberto repitió la misma alineación titular ante Osasuna y Lugo, algo que solo había hecho una vez antes este curso, frente a Zaragoza y Sabadell.
Nuevo perfil. Pese a la derrota el equipo dejó buenas sensaciones en Lugo y volvió a exhibir el nuevo perfil en el que ha encontrado su identidad, apostando por controlar la pelota y el juego combinativo para buscar la portería contraria.
Antecedentes. Aunque la repetición del once se reduce a las dos últimas jornadas, el equipo lleva un tiempo por este camino. Lo hizo ante Zaragoza y Sabadell, después se desvió -con fracaso incluido- contra la Llagostera y retomó la senda para recibir al Mallorca. A partir de ahí, los cambios solo han sido los obligados por lesiones o sanciones y el relevo en la portería.