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1-0, minuto 6: Barreiro. Larga jugada combinativa del Alavés con una milimétrica apertura de Juanma hacia la izquierda, desde donde Toti saca un centro raso que Barreiro remata estirándose al máximo.
2-0, minuto 55: Llamas. Rápida apertura de Juanma hacia Toti que coge desprevenido a Osasuna y el centro del salmantino lo remata Llamas a placer cuando apenas llevaba unos segundos en el césped.
3-0, minuto 59: Barreiro. Internada por la derecha de Medina, cuyo centro pasado lo remata solo el gallego.
Amonestó a Manu García (minuto 37), Juanma (minuto 42), Kodro (minuto 50), Lanza (minuto 57), Torres (minuto 67) y Medina (minuto 82).
Vitoria - Llevaba el alavesismo paladeando demasiadas decepciones después de grandes alegrías y por esa misma razón el equipo de Alberto no podía permitirse de nuevo ayer que su parroquia se fuese de puente con la sensación de lo que pudo haber sido. El Día D y la Hora H. La oportunidad que no se podía dejar escapar de nuevo. Un seguro de vida para la más absoluta tranquilidad. Y, por fin, El Glorioso se quitó de encima los últimos fantasmas con otra goleada en Mendizorroza que le permite dar un salto enorme en la clasificación y que certifica que, por fin, este equipo ha alcanzado una versión que a todo el que se llame alavesista le entusiasma. Con el balón como protagonista y una eficacia demoledora, Osasuna se convirtió en una muñeca rota en cuanto los albiazules pisaron el acelerador a fondo.
Con la que la única variante del regreso de Toribio para situarse en el pivote, se vio sorprendido el conjunto local por la briosa salida de un Osasuna necesitado de llevarse un mendrugo de pan a la boca para paliar su necesidad, pero en cuanto el balón cambió de lado los jugadores del Glorioso firmaron una de las acciones más bonitas de todo el curso. Corría el minuto 6 y Mendizorroza asistió a la confección de una obra de arte. Tras mucha combinación, el balón le llegó en tres cuartos a Juanma. Escuadra y cartabón. Pase magistral entre el central y el lateral diestro. Milimétrico para la carrera de Toti. Y el mejor asistente de este equipo hizo gala también de su precisión con un servicio en el que Barreiro se estiró al máximo para rematar a gol tan preciosa acción.
Parecía que el partido se ponía plácido y cuesta abajo con ese tempranero tanto, pero al cuadro albiazul le faltaban el ímpetu y la clarividencia de partidos precedentes en Mendizorroza. Ante un Osasuna bien plantado en defensa, a los pupilos de Alberto les costó mucho atinar con el balón entre las piernas. Imprecisiones constantes impidieron que el fútbol, tuviese continuidad en los metros definitivos.
Así, con un rival incapaz de atravesar la línea de tres cuartos con sensación de peligro, el encuentro se sumió de lleno en un valle de los más profundo. Ni mucho menos parecía un derbi, y de enorme necesidad en el caso del cuadro navarro, el que se estaba disputando en un Mendizorroza que bullía festivo como nunca con un ambiente excepcional.
Fue el equipo de Mateo el primero en reaccionar. Y lo hizo a balón parado, la única alternativa peligrosa que exhibió en los noventa minutos. Pero en unos pocos segundos, tanto Merino como Miguel Flaño se toparon con los reflejos de un Goitia excelso a despejar dos certeros cabezazos. Era el Alavés incapaz de reaccionar. Y menos aún cuando tras una protesta airada de Manu García todo el equipo se empecinó contra la actuación de Figueroa Vázquez. En esa tesitura, la llegada del descanso era ya una cuestión de necesidad para evitar males mayores.
La parroquia albiazul se comió el bocadillo preguntándose si iba a seguir viendo al mismo Glorioso de la primera parte o si, por el contrario, se iba a recuperar la versión arrolladora que ante Zaragoza o Mallorca acabó avasallando al oponente. No hubo que esperar demasiado. Tocaba el Alavés arrollador, el que no quiere que exista incertidumbre alguna, el que pisa a fondo el acelerador hasta masacrar a su oponente sin piedad.
Un despiste de Osasuna tras un cambio acabó con sus opciones de puntuar. El gol de Llamas pasará a la historia como uno de los más rápidos que marca un jugador saliendo desde el banquillo. Apenas llevaba el canterano unos segundos sobre el césped cuando completó una jugada de nuevo trenzada entre Juanma y Toti en la que el cuadro albiazul cogió despistado a su rival. Ya no se levantó de la lona el cuadro rojillo. Pero, por si acaso, a los pocos minutos Barreiro se encargaba de sentenciar el triunfo con el que El Glorioso mete la proa definitivamente en la zona tranquila, con la popa más lejos que nunca del peligro.
De goleada en goleada. No fue el Alavés tan vistoso como ante Zaragoza y, sobre todo, Mallorca, pero la efectividad en el remate fue muy elevada. Tras el gol inicial de Barreiro hubo momentos de sufrimiento, pero todo se resolvió en el furibundo arranque de la segunda parte. Una vez más, se demuestra que hay mimbres de sobra para jugar un buen fútbol y la ambición tiene que crecer más.
Impresionante pegada. El Alavés tuvo ayer el acierto de su lado y sin necesidad de generar muchas oportunidades acabó pasando por encima de un rival que solo aguantó la primera parte. Con un Barreiro letal, el cuadro albiazul sacó un gran rendimiento de casi todos sus remates.
Salto enorme. El de ayer era un partido aplazado, por lo que no había que estar al tanto del resto de resultados para rehacer una clasificación en la que el equipo de Alberto ha dado un salto espectacular al ser el único en sumar. Los tres puntos de ayer hacen ascender al Alavés hasta la octava posición, con 38 puntos.
Con continuidad en el once titular, el gallego se está destapando como un jugador de una importancia vital. Dos goles más y un sensacional trabajo fijando a los centrales.
Estuvo peor en una posición más adelantada en la que no se mostró cómodo con el balón y se equivocó al meterse en una batalla sin sentido con el colegiado que pudo salir cara.