vitoria - Una de las grandes máximas del proceso educativo es que el profesor debe ser capaz de extraer el máximo rendimiento posible de cada estudiante y estos exprimir a tope los conocimientos de quien tienen en frente para quedarse con los aspectos más positivos del mismo y tratar de evitar los negativos. El fútbol bien puede reflejarse en este modelo, teniendo a los entrenadores en la figura docente. Pero es que incluso hay ocasiones en las que el escenario va un paso más allá, y es cuando dos inquilinos del banquillo comparten curso. Eso es lo que sucedió la temporada pasada en el Deportivo Alavés con Juan Carlos Mandiá y Alberto López, el primero como máximo responsable técnico y el segundo como su ayudante. Ambos, maestro y discípulo, se reencuentran este sábado en Sabadell, aunque en bandos opuestos.

El gallego dirige, desde hace dos jornadas, al conjunto arlequinado y ha asumido el complicado reto de tratar de salvarlo de un descenso que parece muy probable teniendo en cuenta su ubicación en el último puesto de la tabla clasificatoria. De momento, únicamente ha sido capaz de recolectar un punto tras empatar en su estreno en casa ante el Zaragoza y caer goleado el pasado fin de semana en Ponferrada (3-0). Si comparamos este arranque con el que tuvo el pasado ejercicio en El Glorioso, resulta perjudicado ya que entonces perdió en Riazor (2-1) pero logró su primer triunfo siete días más tarde en Mendizorroza ante el Lugo (2-1).

A partir de su estreno en La Coruña, Mandiá -que sustituyó al vitoriano Natxo González- compartió banquillo con Alberto durante quince jornadas en las que ambos intentaron reanimar a un conjunto que cada vez iba más a la deriva. Un objetivo que no consiguieron demasiado y que tras la aparentemente imparable cuesta abajo que, sorprendentemente, se inició tras golear al Sabadell (0-4 en la 25ª jornada) acabó con la destitución del gallego.

Casi como medida desesperada, Alberto ocupó su puesto. Sin salirse demasiado del guión que utilizaba su predecesor, el guipuzcoano logró la ansiada salvación en el último suspiro y recibió el premio de la continuidad al frente del equipo.

Ahora, la situación es bien diferente. Mandiá se encuentra ante una misión casi imposible y Alberto disfruta de su mejor momento de la temporada. Ambos se han citado en la Nova Creu Alta y tratarán de trasladar al césped lo mejor de su repertorio de conocimientos. ¿Le ganará la partida el alumno al profesor?