Vitoria - Firmó el Alavés su mejor partido de la temporada, protagonizó su mayor goleada y ofreció una imagen de poderío inédita hasta la fecha. Todos los astros se alinearon en la tarde-noche de ayer e incluso varios de sus jugadores dieron un paso al frente. Resultó sin duda una jornada perfecta donde la afición, también, abandonó el estadio con la sensación de haber asistido a un sensacional triunfo con otro equipo diferente al de las últimas jornadas. Todo ayer salió a pedir de boca y todo ayer supo a euforia, hasta que la habitual mesura de Alberto López se encargó de enfriar un estado de excitación nada recomendable para un equipo como este Alavés, capaz de lo mejor pero también lo peor. Por eso tanto el técnico como los jugadores acordaron tras el partido fijar el único mensaje de la mesura como antídoto ante lo que podría ocurrir el sábado que viene en su visita a Sabadell. “Vivo el momento y estoy feliz por la afición y los jugadores, seguimos en buena línea, pero tampoco me gusta exteriorizar las emociones y ya estoy pensando en otras cosas que esta victoria”, resolvió López a preguntas de los medios.
Reconocida su mesura pública y su escasa capacidad para visualizar las emociones, tanto las buenas como las malas, sí que insistió el técnico en valorar la victoria ante un “buen equipo” que venía con unos muy buenos registros -últimas cinco jornadas imbatido-, un triunfo que se cimentó desde el comienzo. “Desde el primer momento hemos llevado el peso, hemos conectado bien y ha ido todo bien. El segundo gol ha sido el que nos ha dado la tranquilidad”, abundó López antes de reconocer que ayer sí que el Alavés arriesgó más de la cuenta en su empeño de llevarse el triunfo. “Con el equipo de hoy buscábamos más posesión porque ellos a la contra son muy buenos. Hemos elegido un camino para llegar más por banda, arriesgar un poquito más y ha salido todo bien”. “¿Por qué no adoptar entonces esta línea de juego?”, se le preguntó. “Hemos jugado más veces así, con un pivote y dos interiores más alegres, pero al final estás atento a los jugadores en la semana y actúas. Para mí la base de juego es la misma. Este es un equipo que crece desde atrás pero al que le cuesta hacer gol a pesar de las ocasiones que genera”.
Como era de esperar, tampoco regaló López ni los oídos de Barreiro, ni de Lanza, ni de Juanma ni Rafa García. Zanjó cualquier protagonismo con un lacónico “el equipo ha estado muy bien”, permitiéndose únicamente una licencia con el canterano Llamas: “Nos venía bien tener un jugador como él en ese momento (min. 88) para hacer cosas buenas para el equipo.