Vitoria - El puesto de delantero centro es el que más variaciones ha experimentado a lo largo de la temporada en el Deportivo Alavés y en estos momentos el hombre que estaba llamado a convertirse en la gran referencia ofensiva del equipo ha pasado a ser el último de la fila para Alberto. Manu Barreiro fue acogido en verano como uno de los fichajes más ilusionantes por la tremenda capacidad goleadora exhibida en sus dos últimas temporadas en el Racing de Ferrol. El problema es que esa capacidad rematadora del llamado O Zlatan do Cantaleta solo se ha podido ver con cuentagotas durante todo el curso y ahora ha quedado relegado al último lugar de una rotación en la que le han adelantado Ion Vélez y Ranko Despotovic. Y es que, además de goles y genialidad en este Glorioso lo que prima en muchos casos, incluso por encima del talento, es el esfuerzo. Y ahí, en ayudar en otros planos al equipo, es donde el técnico considera que sus otros delanteros ofrecen una capacidad mayor que el gallego. No obstante, viendo las carencias arriba de este Alavés, no estaría de más tratar de recuperar a Barreiro, que cuenta con unas cualidades que le pueden llevar a ser una referencia en la Liga Adelante. En Vitoria o en cualquier otro destino.

Barreiro no sufrió en exceso cuando cambió los campos de Tercera División por los de Segunda B y en ambas categorías comandó al Racing de Ferrol hacia dos campañas exitosas. En la dirección deportiva alavesista, con el recuerdo de la explosión definitiva de Borja Viguera en el salto al fútbol profesional, no se dudó a la hora de apostar fuerte por el interminable delantero gallego, que ya desde los primeros entrenamientos evidenció su innegable calidad. Alto y de cuerpo robusto para forcejear con los centrales, pero técnicamente dotado a la perfección para manejarse con ambas piernas y con una capacidad rematadora casi en cualquier posición que le convierten en un peligro mortal en las inmediaciones del área. En el otro lado de la balanza, una tendencia constatable a desaparecer de los partidos y a no aportar en exceso en tareas defensivas. Una cuestión la última innegociable en este Alavés en el que el sacrificio es el punto de partida.

Tras ser parte activa en el gol en propia puerta del Leganés que propició el empate en la primera jornada, el delantero gallego fue alternando en la fase inicial de la temporada titularidad y suplencia. Así hasta que a mediados de octubre llegó su explosión. Cuatro partidos consecutivos marcando (Lugo, Racing y Alcorcón en Liga y Mirandés en Copa) coincidieron con la mejor racha alavesista de la temporada y el santiagués dejó claro que la comparativa con Ibrahimovic, cada uno en su nivel, no estaba para nada desencaminada. En remate acrobático frente al Lugo, oportunista en el área frente al Mirandés, de falta directa en Santander y con un disparo desde la frontal del área ante el Alcorcón. De todos los colores y dejando el poso de dianas dignas de figurar en un vídeo con los mejores momentos de la temporada.

El más rematador Capaz de sobrevivir al juego de desplazamiento el largo que en muchas ocasiones ha sido el único argumento ofensivo del equipo y demostrando que por su tamaño y capacidad para poner en aprietos a los centrales, Barreiro lleva desaparecido del once titular desde la decimaquinta jornada. La solución de Alberto de utilizar a Vélez como única referencia ofensiva fue uno de los argumentos más utilizados en la primera parte del curso, pero fue la irrupción como titular de Despotovic la que fue borrando progresivamente del mapa al compostelano.

Ni siquiera su gol contra el Mirandés -tras tres partidos seguidos sin jugar en Liga, aunque sí en Copa- en una tarde en la que el acierto le dio la espalda al fallar unos cuantos remates le sirvió como redención. En los últimos cuatro partidos apenas ha jugado 22 minutos y en la última cita ante el Recreativo se quedó sin convocar por primera vez en lo que va de temporada.

Poco a poco, Barreiro ha ido perdiendo relevancia dentro de un Alavés que echa mucho de menos a un futbolista de su talento en el área. Con 764 minutos jugados en Liga, Despotovic (759) ya está a punto de superarle. Sus cuatro goles en Liga, al que habría que añadir su participación vital en el logrado en Leganés, o su diana en Copa no son argumentos suficientes. Tampoco que sea el jugador albiazul que más remates realiza (26 tiros en 14 partidos, una media de 1,9 por compromiso) dentro de un colectivo con evidentes problemas a la hora de concretar sus oportunidades. En este Glorioso la brocha gorda está mucho más valorada que el fino pincel. Y por esa razón Barreiro se ha convertido en el último de la fila de delanteros para Alberto.

Desaparecido. Barreiro ha ido perdiendo protagonismo en los planes de Alberto con el correr de la temporada y en los últimos partidos su presencia es testimonial. Desde la 15ª jornada no es titular y en el último partido, en la visita al Recreativo, se quedó sin convocar por primera vez en lo que va de campaña.

Adelantado. El gallego tenía todas las papeletas para ser el sustituto de Viguera en la punta de ataque albiazul, pero lo cierto es que apenas ha tenido continuidad en el once en toda la temporada. La apuesta de Alberto por Vélez como única referencia le quitó minutos al principio y ahora es Despotovic quien se ha hecho con la titularidad como ariete del equipo.

Poco aprovechado. A pesar

de haber evidenciado que en los metros finales es el jugador más resolutivo de este equipo, sus oportunidades han ido menguando. Y, pese a ello, ha marcado cuatro goles en Liga, otro en Copa y fue protagonista en el tanto en propia puerta del

Leganés en la primera jornada.

26

Pese a haber participado solo en 14 compromisos ligueros, Barreiro es el jugador alavesista que en más ocasiones ha rematado. Acumula 26 disparos (una media de 1,9 por partido y un remate cada media hora) y cuatro de ellos han acabado en gol.