Vitoria - Su nombre ha estado en la boca de todos los aficionados albiazules desde la pasada semana y finalmente en la jornada de ayer, precisamente el día en el que cumplía 31 años, se confirmó su fichaje por el Deportivo Alavés hasta el final de la presente temporada. De esta manera Manu Lanza -que probablemente hoy ya podrá ejercitarse junto a sus nuevos compañeros, se convierte en el primer refuerzo invernal de la entidad del Paseo de Cervantes.
El extremo zurdo catalán aterriza en Vitoria -en calidad de cedido- procedente del Espanyol en busca de los minutos de juego que no ha tenido en la entidad periquita y se espera de él que aporte la chispa y la calidad de la que ha carecido la vanguardia del Glorioso desde que arrancó el curso.
El principal obstáculo con el que se encontrará para ello será, precisamente, su falta de ritmo de competición. Y es que Lanza no ha entrado en absoluto en los planes de Sergio González y apenas ha dispuesto de oportunidades hasta la fecha. De hecho, únicamente ha disputado dos encuentros oficiales. Curiosamente, los dos correspondientes a la eliminatoria de Copa del Rey que enfrentó a Alavés y Espanyol y que se saldó con el claro pase del cuadro catalán a la siguiente ronda.
En cualquier caso, este ostracismo casi total al que ha estado sometido no ha provocado ni mucho menos que el mediapunta perdiera su cartel. Especialmente en la categoría de plata. De esta manera, tras dar el paso de decidirse a abandonar Cornellá en este mercado de invierno para poder volver a jugar han sido varios e importantes los equipos que se han interesado en hacerse con sus servicios.
Sin embargo, el Alavés ha sabido hacer valer su oferta y, tras unos días de tensa espera en los que parecía que la opción de cerrar con éxito esta primera operación se alejaba, conseguir a una de las piezas más codiciadas del mercado. Tras militar durante dos temporadas en el Eibar y haber coincidido en el Sant Andreu con Natxo González, el jugador catalán tenía referencias de primera mano de la entidad de Mendizorroza y ello ha contribuido a inclinar la balanza del lado albiazul.
A partir de ahora, Manu Lanza deberá demostrar sobre el césped que es capaz de aportar lo que se espera de él y contribuir con su capacidad de desborde, la calidad de su pierna izquierda y su olfato goleador a dotar de mayor mordiente a una vanguardia albiazul demasiado inocente hasta la fecha.