Vitoria - Alberto suele ofrecer explicaciones siempre largas y pausadas cuando le toca comparecer ante la prensa, pero ayer, ante la inevitable pregunta acerca de su posible futuro si llega un nuevo tropiezo, el preparador del Deportivo Alavés no dio rodeo alguno: “Los entrenadores hoy están y mañana no, cualquier día puede ser el último, pero no tengo una mayor inquietud por este partido”.

Para no seguir en la actual situación de riesgo en la que se encuentra, el guipuzcoano aseguró ayer que va a optar por el camino de mover el árbol y tratar de remediar mediante cambios los aspectos que no le gustaron en el desastroso partido contra el Mirandés. “Teníamos dos opciones: pensar que ha sido un accidente y volver a dar oportunidad a los mismos o abrir el parámetro y que entren otros. Seguramente tiraremos por ahí”, adelantó.

En las últimas semanas el gran problema del equipo ha sido la catarata de goles recibidos, una media de dos en los cinco compromisos últimos. Y en mejorar en ese apartado se centra el trabajo en los entrenamientos: “Antes hablábamos de por qué no hacíamos goles y ahora es el lado contrario. Lo intentamos superar trabajando. Hacerles ver situaciones de riesgo que estamos cogiendo, que estaban olvidadas y hemos vuelto a caer en ellas. Le hemos dado especial importancia esta semana porque va siendo una tendencia y en esta categoría, sobre todo, lo que tienes que ser es muy fuerte defensivamente. Como no sales adelante es teniendo medias de dos goles por partido. Puntualmente puedes meter tres en un partido, pero el camino y la idea de juego que tengo yo con este equipo no es esa.”

En este sentido, el partido contra el Mirandés ha sido centro de discusión a lo largo de toda la semana de trabajo, incidiendo el equipo en los muchos fallos que se cometieron, sobre todo en el arranque. Y todo ello para no volver a cometer los mismos errores ante un Valladolid que es uno de los equipos más poderosos de Segunda.

“El otro día hubo cosas que no me gustaron, se las hemos enseñado a los jugadores y más o menos, en general, están de acuerdo en la percepción que yo tenía. El Valladolid es un rival de los muy potentes de la categoría. Si no estás al cien por cien, o un poquito más si cabe, nos pasarán por encima”, advirtió.

En un campo como el José Zorrilla, que Alberto conoce muy bien, es previsible que el césped no esté en las mejores condiciones e, incluso, pueden aparecer algunas zonas heladas. Y no quiere que se repita el episodio del pasado sábado: “Uno de los motivos de mayor cabreo el otro día es que hubiera tanta diferencia entre los dos equipos a la hora de jugar en un mismo terreno de juego y ver la intensidad y el acierto de unos y otros. Parecía que los visitantes éramos nosotros y los que nos había sorprendido el campo era a nosotros, cuando habíamos entrenado en él. Probablemente el campo esté helado, pero los equipos deben adaptarse a todo y el que lo hace suele salir ganador”. - DNA