Vitoria - No es de extrañar que los jugadores del Deportivo Alavés se derrumbasen ayer sobre el césped cuando el colegiado Eiriz Mata señaló el final del partido y certificó la victoria albiazul. El esfuerzo que tuvieron que realizar los pupilos de Alberto fue titánico. Para hacer frente a un rival que, junto al Numancia, es el mejor equipo que ha pasado por Mendizorroza y también para sobreponerse a los problemas propios en forma de lesiones que impidieron tener opciones de refrescar jugadores al final. Correr, correr y correr. Hasta la extenuación. Demasiado premio como para no esforzarse hasta el límite en pos de esa victoria que tanta falta hacía.
El partido vino marcado por dos lesiones que impidieron realizar más cambios entrada la segunda parte. Primero fue Unai Medina el que se fue con un problema en el hombro en el minuto 34. Migue le suplió en el carril diestro y el propio jugador catalán se quedó en el vestuario en el descanso con molestias físicas. Dos cambios en apenas 45 minutos con un césped además muy pesado por la acumulación de agua. Además, la exigencia del Albacete estaba siendo muy alta y el cuadro albiazul tuvo que correr como nunca en un partido que durante muchos minutos, sobre todo en la primera parte, fue un correcalles de ida y vuelta sin ningún control por parte de ninguno de los dos contendientes y con el balón yendo de área a área a toda velocidad.
Pero fue después del 2-1 con el gol de Vélez cuando el Alavés tuvo que vaciarse. Con casi media hora de juego por delante y tres puntos pendientes de un fino hilo. Y con un solo recambio, la entrada final de Sangalli por el tafallés cuando no pocos albiazules podían haber sido los elegidos para abandonar el césped al evidenciar claros síntomas de un cansancio del todo lógico.
Y, pese a ello, en los minutos finales el cuadro vitoriano fue capaz de sobreponerse a sus propios problemas sacando fuerzas de flaqueza de no se sabe donde. El más claro ejemplo fue el de Juanma, poco acostumbrado a jugar partidos enteros y que fue determinante al final con su pausa.
Tardanza. Varios pequeños accionistas del Deportivo Alavés están muy enfadados por la tardanza del club este año a la hora de poner a su disposición la documentación y las cuentas anuales de la entidad de cara
a la junta del 29 de diciembre.