Ni tan siquiera la lamentable actuación arbitral de ayer permitieno al Alcorcón superar continuamente los límites del reglamento consiguiño sacar de sus casillas a Alberto López. El técnico albiazul mantuvo su tono comedido a la hora de analizar lo sucedido en Mendizorroza pero, eso sí, no escatimó contundencia y claridad a la hora de diseccionar el duelo. “Ha sido un partido durísimo, con un nivel de violencia alto”, espetó nada más comenzar. Y es que el guipuzcoano no ocultó su malestar por la forma de comportarse del adversario y la connivencia del trencilla. Ahora bien, también aprovechó para hacer una buena ración de autocrítica.

“El rival plantea las cosas que plantea como las plantea y hay dos versiones. Una es lo que puede permitir el árbitro y sobre lo que no podemos hacer nada nos guste más o menos y la otra es que no podemos permitirnos que teniendo el encuentro controlado nos expulsen a un jugador y volvamos a fallar un penalti en el minuto 92”, censuró.

Alberto reconoció sentirse “muy decepcionado” con el resultado final y lamentó haber perdido la oportunidad de “darles en las narices” habiendo transformado la pena máxima. En este sentido, explicó que Despotovic era el elegido para lanzarla porque “el último que había tirado en Sabadell lo había hecho bien y nos parecía el más fiable”.

En cuanto al análisis futbolístico propiamente dicho, el técnico reconoció que “no hemos estado bien con el balón. Hemos tenido más posesión pero eso no es lo que me gusta, yo quiero que se juegue más rápido y eso no lo hemos tenido”.

El entrenador del Alcorcón, por su parte, destacó que “hemos hecho un gran partido y me voy con sensación de orgullo, de satisfacción del trabajo que han hecho mis jugadores, han trabajado como auténticos jabatos”.