Vitoria - Regresa el Deportivo Alavés a Mendizorroza y lo hace de nuevo con un cierto estado de necesidad por culpa de sus problemas para ganar a domicilio. Se ha convertido ya en una constante que el equipo vitoriano tenga que resolver en casa lo que no consigue sumar fuera y hasta la fecha la cuestión se ha saldado, en términos generales, de bastante buena manera. Toca mantener esa tendencia con una nueva victoria que le permita a los pupilos de Alberto asentarse en la zona media de la tabla para así afrontar un calendario venidero muy exigente con un mayor margen de tranquilidad y también con la opción de dar un salto hacia arriba en la clasificación si, por fin, se consigue encadenar esas dos victorias consecutivas que han sido tarea imposible en lo que va de curso. El Glorioso busca despegar. “Los partidos que vienen ahora van a marcar si estás en el grupo bueno o estás en el más problemático. Es el momento de dar una vueltecita más y aprovechar las cosas buenas que está haciendo el equipo. Tenemos un partido en casa y si lo ganas verías de manera diferente los siguientes partidos a nivel de ambición. Nosotros estamos llevando una línea regular y sería el paso que necesitamos para meternos en el grupo bueno”, señaló Alberto.

Pero antes de pensar en el segundo escalón hay que subir el primero y seguro que no va a resultar para nada sencillo. No en vano, no se caracterizan la mayoría de los partidos de este Alavés por ser sencillos. Duros, trabados, peleados, de muchas oportunidades perdidas y pocos goles. Sobre todo los de Mendizorroza que, con la excepción de la tranquilidad vivida ante el Sabadell, han sido siempre de alta tensión y marcados por la igualdad. Ante el Alcorcón, un equipo que no esconde nada y que ataca a pecho descubierto, no se espera menos.

La clave de todo vuelve a pasar por mantener firme la defensa. Sobre todo teniendo en cuenta los problemas de gol que sigue arrastrando este Glorioso. Manu Fernández se ha quedado imbatido en tres de los cinco partidos que se han jugado en Mendi y el gol que le marcó el Sabadell fue testimonial. Es evidente que atrás radica la fuerza de este equipo, que apenas puede permitirse fallos si quiere sacar un resultado positivo. Precisamente, es el mal que le atenaza a domicilio, donde ha recibido gol en todos los partidos y solo fue capaz de ganar en Pamplona cuando Osasuna marcó a partido resuelto.

Mantener la portería imbatida asegura un punto, pero supone el empate recompensa escasa para lo que busca este equipo que tiene que afrontar posteriormente duelos de alto voltaje contra Tenerife, Sporting y Betis. Viene un calendario muy exigente y por ello hay que llenar la despensa antes de que aparezca el invierno con toda su crueldad. Para eso, el segundo factor fundamental es el acierto ofensivo. El gran mal de este Alavés. No se puede decir que el equipo de Alberto disfrute de pocas ocasiones. El problema es que casi siempre le cuesta horrores materializarlas. Por claras que sean, la lista de oportunidades desperdiciadas de manera inexplicable es ya dolorosamente larga. Y por ahí se han escapado una buena cantidad de puntos que ahora supondría un colchón extremadamente cómodo. Pero como no se dispone de dicho lecho para reposar, el equipo tiene que seguir trabajando a la espera de su despegue.