Vitoria - Hay amistades que surgen en el momento o la situación más inesperada. Es el caso de lo que le pasó a un albiazul de reconocible trayectoria como Julián Lana el año pasado en Jaén. El paso del Deportivo Alavés por el nuevo estadio de La Victoria y la eliminatoria de ascenso de la pasada campaña no son recordados con cariño por buena parte de los seguidores del equipo andaluz, que cada vez que pueden cargan con crudeza contra el club vitoriano y su afición. No es el caso de los buenos amigos que Lana hizo en la ciudad olivarera. Tanto es así que de unas conversaciones de asiento a asiento en ese partido de ida ha surgido una amistad perdurable. Entonces, este alavesista se comprometió a acompañar al Jaén en su camino hacia Segunda y a asociarse al club si conseguía ascender. Dicho y hecho, ya que el equipo de Manolo Herrero acabó logrando el éxito al segundo intento. La historia del fútbol como pasión, pero también como vehículo para conocer nuevas gentes y destinos.

"El año pasado en el partido de ida coincidimos en la grada unos amigos de Vitoria con una cuadrilla de Jaén, tuvimos una charla distendida y muy agradable. Cuando acabó el partido dijeron que iban a venir a Vitoria y, casualmente, aquí coincidimos. Cuando ellos llegaron con el autobús yo bajaba de rezar a San Prudencio y nos encontramos en Mendizorroza", señala el protagonista de esta historia. "Hicimos buena amistad en Jaén y después del partido estuvimos cenando, y ya en Vitoria estuvieron conmigo en la celebración del ascenso por el Casco Viejo", continúa.

Tras subir a Segunda llegó la promesa de de vincularse al Jaén para apoyar a sus amigos. Y así lo hizo cuando llegó la eliminatoria definitiva que enfrentó a los andaluces con el Huracán: "El fútbol, además de ver al Alavés, es una vía de conocer ciudades y gente. Forjamos una buena amistad y les prometí que si llegaban a la última eliminatoria iba a ir y que si subían me hacía socio. Y así fue. Es una amistad y un compromiso de apoyo a una ciudad y una gente simpáticos".

Así, aprovechando sus viajes a Sierra Nevada a esquiar, Lana ha estado hasta en cuatro ocasiones en las gradas de La Victoria, además de haber visto otra vez al cuadro jaenés en Soria. Su análisis, por tanto, puede ser preciso. "Al principio estaban muy flojos pese a tener la base del año anterior, pero después crecieron mucho y han estado siempre en la zona media-baja pero fuera de puestos de descenso con un presupuesto mucho más bajo que el resto. Ha estado todo el año ahí peleando, pero ahora ha llegado a una situación un poco comprometida porque se han venido abajo. Estamos en mejor tendencia que ellos, que vienen de dos partidos seguidos perdidos, pero la situación es comprometida para los dos clubes", explica.

Este alavesista de pro esperaba que en la jornada final ni su equipo del corazón ni al que se ha asociado se estuviesen jugando la permanencia. O, al menos, que solo estuviese en peligro uno de ellos. Nada más lejos de la realidad, ya que se producirá un duelo a muerte que, incluso, puede acabar con los dos descendidos. "Esperaba que a este partido llegásemos los dos salvados, pero todo se ha torcido y será un partido de infarto", admite.

Su teléfono echa humo estos días. Y es que las llamadas desde Jaén son una constante, como también lo es su presencia en los medios de comunicación de la localidad andaluza: "He hablado con mis amigos muchas veces y, pese a lo que hay en juego, nos van a recibir muy bien. Es cierto que el año pasado los ánimos se crisparon, sobre todo porque la derrota es más difícil de digerir. Esperemos que no se vuelvan a repetir esos altercados que algunos aficionados vivieron allí, porque la verdad es que en Vitoria no pasó nada".

Julián Lana ya tiene las maletas preparadas para viajar mañana a Jaén y como buen conocedor que es de la ciudad recomienda a los alavesistas que vayan a viajar paciencia por la escasez de plazas hoteleras, que se paseen por el casco antiguo de la ciudad para disfrutar de su catedral, de sus calles estrechas y de sus bares, que "dan de comer bien y barato". Ya para cuando acabe el partido y el Alavés haya asegurado su presencia un año más en la Liga Adelante, "en la zona de San Ildefonso hay muy buenos locales para tomarse la copa de la salvación".