Vitoria - Para explicar la dramática situación actual que vive el Deportivo Alavés basta con echar una ojeada rápida a sus registros y ver de dónde provienen sus males. Del que más se ha hablado a lo largo de toda la temporada ha sido de su facilidad para encajar una elevada cantidad de goles, una tendencia que en las últimas semanas se ha corregido. En cambio, poco se ha hablado de las penurias que este Glorioso está sufriendo en Mendizorroza. Precisamente donde debería haber asentado su tranquilidad es por donde le han llegado sus mayores problemas. Así, el equipo vitoriano es, con 25 puntos en el estadio del Paseo de Cervantes, el segundo peor conjunto como local de la categoría de plata solo por delante del Hércules, que suma 24. Los 20 puntos conseguidos a domicilio han servido para mantener viva la llama de la esperanza, pero ante el Numancia ya no queda vuelta de hoja y todo lo que no sea ganar será sinónimo de fracaso. Por eso, Mendi se merece ya una alegría después de las pocas de las que ha disfrutado a lo largo de toda la campaña.
El balance que presenta el Alavés en sus compromisos como local es un auténtico desastre. Y eso que solo siete equipos han perdido en su propio feudo menos partidos que el cuadro albiazul. El problema viene marcado por las cinco victorias que se reflejan en el casillero vitoriano, la cifra más baja de entre todos los integrantes de la Liga Adelante. Por el contrario, los diez empates son la cantidad más elevada, precisamente la misma cifra que presenta el Girona en Montilivi. Así, en el estadio del Paseo de Cervantes, ya fuese con Natxo González, con Juan Carlos Mandiá o con Alberto López en el banquillo, este equipo casi siempre se ha quedado a medias y ahí le ha sobrevenido una penalización enormemente negativa que no le ha permitido alcanzar la fase decisiva con una mayor tranquilidad
El actual registro de cinco victorias es tan paupérrimo que iguala al de la temporada 2002-03 cuando el cuadro alavesista descendió de Primera. Otro descenso de la máxima categoría se vivió en el curso 2005-06, cuando entonces se alcanzaron las seis victorias que ahora este equipo aspira a repetir para alcanzar la jornada final del curso con opciones de mantener la plaza que tanto le costó recuperar en un fútbol profesional del que no se quiere despedir de manera prematura.
Sporting, Hércules, Lugo, Alcorcón y Mallorca. Ahí se acaban las grandes alegrías del Alavés a su parroquia. Dos con Natxo González, otro par de ellas con Mandiá y una sola con Alberto. O el irundarra iguala el ya de por sí pobre registro de sus predecesores o el sueño de la permanencia se esfumará como tantas otras ilusiones se han evaporado esta campaña de Mendizorroza.
Estos pobres resultados del Glorioso como local vienen marcados por la ingente cantidad de goles encajados, ya que el equipo vitoriano es, con 28 tantos recibidos, el equipo que presenta un peor registro en este aspecto en la Liga Adelante con una media de 1,4 dianas por partido de sus rivales. Precisamente, sus cinco victorias vienen marcadas por una sustancial rebaja de la citada cifra, ya que en las conseguidas ante Sporting, Lugo y Mallorca se dejó la portería a cero, mientras que Hércules y Lugo, por su parte, sí consiguieron marcar aunque acabaron sucumbiendo. El récord en este sentido se lo lleva el Barça B, que logró tres tantos en su visita a la capital alavesa. Como nota llamativa está el hecho de que en Mendizorroza no se haya producido ni un empate sin goles en todo el curso, aunque tampoco es tan extraño teniendo en cuenta que se trata de un resultado que el Alavés tampoco ha protagonizado a domicilio siendo un caso único en la categoría e, incluso, puede que en la historia del fútbol estatal.
Incómodo visitante El equipo vitoriano tiene ante sí la obligación de quitarse de encima de ese sambenito de ser un mal equipo como local, pero seguramente no lo tendrá nada sencillo ante un oponente como el Numancia que se caracteriza por ser un conjunto muy difícil de superar como visitante. Y es que el cuadro soriano ha sustentado su salvación en los puntos que ha ido rascando a domicilio a través de sus doce empates, que se completan con cuatro victorias y otras tantas derrotas siendo el equipo de José Antonio Anquela el que menos partidos ha perdido lejos de su feudo. La virtud del cuadro soriano, que llegará a Vitoria salvado después de haberse metido en ciertos apuros por su tendencia perenne a empatar, está en su fortaleza defensiva. Y es que el conjunto castellano es el tercer equipo menos goleado de Segunda División a nivel global (37 tantos encajados) gracias, principalmente, a que como visitante apenas ha recibido 20 dianas quedando en ambas clasificaciones solo por detrás del Eibar y del Deportivo. En esta tesitura, que el equipo de Anquela sea el segundo peor goleador de la categoría ha quedado eclipsado por esa eficiencia a domicilio basada en una defensa muy segura que ahora el Alavés tendrá que dinamitar para conseguir su sexta victoria del año en Mendizorroza y poder así viajar a Jaén con opciones reales de conservar la categoría.