Vitoria - Antonio Karmona forma parte de algunos de los mejores momentos de la historia del Eibar y del Alavés. En el club babazorro, entre 1996 y 2003, el antiguo central de Bermeo ascendió a Primera, vivió la final de la UEFA 2001 y el regreso a Segunda. Entre tanto, el ahora técnico de Lezama había jugado ya en Eibar en la 1995-96, y volvió a jugar en Ipurua entre 2003 y 2005. En su última temporada como azulgrana, a las órdenes de José Luis Mendilibar, Karmona fue parte del equipo que finalizó en la cuarta plaza y se quedó a las puertas del ascenso. Eibar se quedó finalmente sin ascenso y Karmona colgó las botas tras aquel partido. Mañana, el que fuera capitán del conjunto armero y del Alavés, verá el partido desde su casa, con fe en que la permanencia de los babazorros y en que la gesta del Eibar tenga un final feliz.
¿Cómo ve el partido?
-Creo que será un partido como todos los derbis, muy igualado y con mucho en juego por para ambos equipos. Será un bonito partido, con mucha tensión y con mucha presión, sobre todo para el Alavés.
¿Y con quién va?
-(Ríe). Con los dos. Hay días en los que quieres más a ama y otros a aita. Yo quiero a los dos equipos. Son dos grandes clubes que me han dado muchísimo y espero que al final de la temporada los dos hayan cumplido sus objetivos.
¿Cómo ve al Alavés?
-Está siendo una temporada difícil. Ha habido muchos entrenadores y le ha costado coger una dinámica de juego. Con la llegada de Alberto fuera está teniendo mejores resultados que en casa, y eso le está permitiendo estar en la pelea hasta el final. Le quedan tres partidos y tiene que ganar como mínimo dos. El hecho de haber ganado en Lugo le da moral para afrontar el partido de Eibar y los dos que le quedan.
¿Ve salvado al Alavés?
-Quedan tres partidos y hay muchos equipos metidos en líos. La Segunda, tanto por arriba como por abajo, todos los años se convierte en una liga sin signo. El Alavés tiene que ganar esos dos partidos.¿Cree que lo podrá lograr?
-Sí, lo veo factible, porque tiene condiciones para ello y tiene una afición que le va a empujar y que le va a obligar a dar el máximo en los partidos que quedan.
El Eibar está en una situación opuesta, luchando por el ascenso. ¿Qué le ha parecido la temporada?
-Es un equipo que ha sabido trabajar desde el primer día, que tiene las ideas muy claras, que ha ido hacia adelante, como siempre hace, y que, debido al trabajo, se ha encontrado en una situación buenísima para hacer historia. En los últimos partidos le está costando ganar pero no pierde. Es un equipo muy serio, muy bien armado. Lo veo excelente.
¿Y lo ve en Primera?
-Quedan tres partidos y nunca se sabe en esto del fútbol, pero es el que más posibilidades tiene. Yo creo que el Eibar tiene todas las de ascender.
¿Este Eibar le recuerda al equipo de Mendilibar?
-Tienen un aire. Pasarán años y habrá gente que llegue y que sea mejor que tu, y este equipo está siendo mejor que el nuestro. Es verdad que nosotros teníamos más puntos a estas alturas, pero están consiguiendo algo de lo que nuestro grupo no fue capaz. Nos quedamos sin ascender en el último partido, pero este equipo lleva mucho tiempo en puestos de ascenso directo, y eso ya es una garantía y un éxito. Es un equipo más completo.
¿Le queda clavada la espina de no haber ascendido con el Eibar?
No, para nada. Fue un año excepcional, maravilloso. Fue la temporada de mi retirada, me encontré con gente de veinte años cuando ya tenía 37, y fue excelente por el juego, el comportamiento, el grupo... De hecho, siete jugadores de aquel equipo fueron a Primera. Fue un trampolín para la gente joven. A mí me llena de orgullo haber podido darles un poquito de lo que yo era y enseñarles un poquito de lo que era el fútbol. No sé si habrán cogido algo de aquel grupo, pero todos los que hablan de aquel equipo hablan muy bien y eso es señal de que les ha marcado.
Aquel equipo llegó con opciones de ascenso a la última jornada, contra el Racing de Ferrol en Ipurua, y aquel fue el partido en el que colgó las botas. ¿Cómo lo recuerda?
-Lo recuerdo con tranquilidad. Sí, era el último partido y nos jugábamos el ascenso, pero yo ya lo había vivido con el Alavés. Tenía ya 37 años y estaba muy curtido, sin imaginarme lo que podía ser no volver a un vestuario al día siguiente. Había una situación de incertidumbre por lo que podía pasar en otros campos, por las quinielas que se hacen en estas situaciones... Estar ahí, con gente tan joven que venía en su mayoría de Segunda B, fue una sensación preciosa. Muchos siguen dando guerra todavía.
Dejó el césped de Ipurua emocionado, con la gente llevándole a hombros...
-Al final te puede la nostalgia y te puede el sentimiento, y viendo cómo habían peleado los chavales y cómo a alguno se le había escapado la posibilidad de jugar en Primera... Te da pena por ellos, evidentemente.
¿El fútbol le debe aquel ascenso al Eibar?
-Sí. El fútbol le debe muchas cosas al Eibar, pero siempre pensamos que el premio es el triunfo final y el Eibar tiene su premio en toda su trayectoria. Pero sí creo que el fútbol le debe al Eibar la posibilidad de disfrutar de la competición más alta en la liga española. Sería muy romántico.
¿Le preocupa que el ascenso se frustre si no se completa la ampliación de capital?
-El club está trabajando muchísimo para conseguir esos 1,7 millones de euros y espero que todo llegue a buen puerto. Espero que no sea una traba para que esté en Primera.