Vitoria - Sívori fue una de las grandes figuras del Deportivo Alavés que subió a Primera División en 1998 y que mantuvo la categoría para abrir las puertas de la etapa más gloriosa de un club que él ya viviría desde la distancia. Y es que el por entonces joven y prometedor delantero vitoriano hizo las maletas en dirección a Bilbao en uno de los traspasos más sustanciosos en la historia del club tras lograr una sufrida permanencia que ahora recuerda desde Murcia, donde sigue marcando goles en Tercera División en las filas del La Unión, con el que puede seguir jugando un año más.

La temporada del regreso a Primera División fue muy dura ya que el equipo se pasó todo el año en la zona baja para acabar salvándose en la última jornada con una carambola, ¿cómo recuerda la experiencia de ese año?

-Fue un año muy duro. Éramos un equipo recién ascendido que venía de hacer las cosas muy bien en Segunda División pero desde el principio de la temporada tuvimos claro que lo íbamos a pasar mal en Primera para mantener la categoría y así fue. Hasta el último partido contra la Real Sociedad no nos salvamos. Teníamos que ganar y que no ganase el Villarreal y al final surgió esa carambola.

Habla de esa mentalidad que el equipo tenía de saber que iba a sufrir durante todo el año y quizá una de las claves fue que no se perdieron los nervios por estar abajo en la clasificación.

-No tuvimos la presión de tener que estar más arriba. Sabíamos que íbamos a pasar apuros para salvar la categoría. Éramos conscientes de ello y supimos manejarnos en esa situación. Otro equipo que aspirase a estar arriba y se hubiese visto abajo lo habría pasado muy mal, pero nosotros llevamos bien la situación y así logramos la salvación.

El equipo se mantuvo durante mucho tiempo por encima de la línea roja pero tras cuatro derrotas consecutivas llegó en puesto de descenso a la última jornada. ¿Cómo fue la última semana?

-Dentro de la importancia que tenía el partido contra la Real Sociedad, recuerdo que estábamos tranquilos. Estábamos convencidos de que íbamos a sacar nuestro partido porque en casa jugábamos bien y éramos optimistas. Esa semana la afición se volcó más que nunca con nosotros porque la unión entre el equipo y la grada siempre fue muy grande. Estuvimos tranquilos y recuerdo que cuando acabó nuestro partido aún tuvimos que esperar unos pocos minutos a que terminase el del Villarreal. Cuando nos dijeron que seguíamos en Primera fue una alegría inmensa para todos.

¿Se hizo algo especial en el vestuario durante esa semana?

-No hubo nada especial. Quizá más tensión e intensidad en los entrenamientos, pero nada más. El secreto de ese equipo estaba en el vestuario. Gente humilde, buenas personas, los veteranos ayudando a los jóvenes y los chavales empujando. Ese era nuestro secreto. Y también la comunión entre afición y equipo, que siempre estaba ahí apoyando.

Desde la distancia, ¿cómo ve al Alavés en estos momentos?

-La situación está complicada, pero lo bueno que tiene el Alavés es que hay cuatro partidos por jugarse. Hay puntos para, independientemente de estar ahora en puestos de descenso, lograr la permanencia. Conociendo al equipo y a muchos jugadores, estoy convencido de que se puede salvar. Tengo clarísimo que la afición va a responder igual que cada domingo y eso ayuda mucho. Para el Alavés el objetivo claro al principio de temporada era mantener la categoría y aunque ha estado mucho tiempo abajo ahora tiene que saber jugar con la presión que tienen otros equipos que se han metido en esa pelea por salvarse cuando no entraba en sus planes al inicio de la temporada.

En lo personal, a punto de cumplir los 38 años, le sigue dando patadas al balón y marcando goles.

-El año pasado fiché por La Unión en categoría regional, conseguimos el ascenso a Tercera y esta temporada nos hemos quedado al borde de jugar el play off para subir a Segunda B. Estoy muy contento. Tengo ya una edad, pero las lesiones me están respetando y aún conservo la ilusión.

¿Va a alargar mucho la carrera?

-Pues me han ofrecido seguir un año más, pero me lo voy a tener que pensar un poquito. Ahora que hemos acabado la temporada quiero estar tranquilo unos días con la familia y pensármelo bien.

Lo de volver al frío de Vitoria después de tantos años en Murcia...

-Ya son más de diez años aquí y tengo a la familia, pero nunca se sabe.