Vitoria - El vestuario del Deportivo Alavés es el único lugar donde a lo largo de toda la temporada se ha mantenido firme la fe en las opciones de salvación del equipo y en ese santuario se contempla ahora el duelo con el Deportivo como un compromiso clave para dar un paso de gigante hacia la permanencia. Una victoria ante el líder, más allá de los tres puntos, supondría un espaldarazo colosal al equipo antes de encarar los cuatro últimos compromisos, que aún siendo exigentes no lo serían tanto como el de este domingo. Y es que el choque contra el conjunto gallego se toma en la caseta como un partido en el que se juegan mucho más que tres puntos. Así lo expresó Manu García el miércoles y así lo repitió ayer mismo Borja Viguera.

"Esta semana me recuerda a la de Mallorca en el sentido de que necesitamos sacar los tres puntos, y conseguirlo en este partido yo creo que nos acercaría bastante a la salvación. Esa es la idea que transmitimos dentro del vestuario y creo que la afición lo siente así y es lo que a mí me llega", señalaba Manu García, mientras que Viguera se movía en una línea muy similar a la del capitán. "Ganar al líder nos daría tres puntos vitales y también un plus de moral", incidía.

Echando un vistazo a la situación, no es de extrañar que los jugadores le otorguen semejante relevancia al partido de este domingo. Y es que el sábado se producirán dos duelos directos entre los equipos implicados en la pelea por la salvación que harán que alguien sume pero que otros no lo hagan. Con total seguridad, la línea roja que marca las diferencias entre la tranquilidad y el peligro subirá algún punto a la conclusión de la presente jornada, pero si el cuadro vitoriano consigue los tres que se pondrán en juego en Mendizorroza tendrá la seguridad de que llega enganchado a los cuatro compromisos finales.

Los Girona-Castilla y Numancia-Mallorca se seguirán en Vitoria el sábado por la tarde con especial atención, lo mismo que el partido del Hércules en Gijón, mientras que para la tarde del domingo quedará el duelo del Jaén con el Recreativo. Abandonar el descenso en la presente jornada, aún consiguiéndose la victoria, se antoja como prácticamente imposible por esos duelos directos que se van a producir, pero la plantilla albiazul tiene claro que de superar al Deportivo van a quedarse muy cerca de la línea de separación metiendo de paso el miedo en el cuerpo a unos competidores que ven ahora al conjunto vitoriano, al igual que al Hércules, demasiado lejos de ser una amenaza real en estos momentos.

La victoria se contempla como el mejor de los escenarios, pero lo ineludible ante el Deportivo es puntuar. Ya ante la Ponferradina, y más aún habiendo tomado ventaja en el marcador, el punto hubiese sido muy valioso, pero lo que no se puede permitir de ninguna manera el Alavés en el tramo decisivo es volver a perder. Que hay necesidad de sumar al menos nueve puntos es una evidencia, pero el único camino para conseguir ese resultado no es conseguir tres victorias y los empates pueden valer.

Lo que es evidente es que una nueva derrota sería ya casi la tumba definitiva para este Alavés. Entonces quedaría solo aferrarse a las matemáticas, ya que con 12 puntos por disputarse conseguir nueve parece una tarea ciertamente complicada. Por esa misma razón se le da tanta trascendencia al duelo de este domingo con el Deportivo, el que se pretende sea el trampolín hacia la salvación.