Vitoria. Poco más de un mes lleva Juan Carlos Mandiá sentado en el banquillo del Deportivo Alavés, pero en los cuatro partidos que ha dirigido ya ha dejado claras sus tendencias y preferencias en cuanto a nombres. Varios de los futbolistas que en el tramo inicial del curso eran piezas indiscutibles en las alineaciones de Natxo González, han visto perdida su preponderancia con la llegada de un técnico gallego que ha redefinido roles y también algunas demarcaciones. Oportunidades para varios de los que anteriormente menos jugaban, pero también un paso al segundo plano de futbolistas otrora indispensables y que ahora tienen ante sí un oscuro panorama ante la dificultad de recuperar su anterior importancia en los planes albiazules.
Borja Viguera y Jiri Jarosik son los dos únicos jugadores que han disputado los 360 minutos desde la llegada del técnico de Alfoz, nada relevante ya que en la anterior etapa también eran fundamentales. El siguiente bloque lo componen los futbolistas que han sido titulares en tres de los cuatro partidos y que se encuentran por encima de los 200 minutos jugados. Toti (271 minutos), Ortiz, Nano y Goitia (270), Medina (261), Manu García (251), Serrano (235) y Beobide (225) componen ese grupo que completan, cerrando el núcleo duro de Mandiá, Vélez (208) y Luciano (142).
Eso sí, existen dos casos espaciales que si no han jugado más ha sido por culpa de las lesiones. Son Emilio Sánchez y Pepe Mora, en quienes el gallego tiene una especial confianza. Los dos han sido titulares cuando han estado en disposición de jugar e, incluso, han partido en el once a pesar de que su estado físico fuese en ocasiones dudoso. Sus ausencias, sobre todo en el caso de Mora, han sido las que han propiciado la acumulación de minutos por parte de futbolistas que parecía que no iban a ser tan importantes en esta etapa.
Los otros seis jugadores con los que ha podido contar el técnico de Alfoz a lo largo de su etapa al frente del Alavés no sobrepasan el minutaje de un partido completo. Y, entre ellos, destaca la presencia de Rubio, Jaume y Guzmán, piezas fundamentales para Natxo González que han quedado ahora relegadas a un segundo plano.
Los tres disfrutaron de continuidad en el partido de estreno de Mandiá ante el Deportivo, pero a partir de entonces han desaparecido casi por completo. El lateral derecho ilerdense, superado por Medina, no ha vuelto a jugar. El mediocentro catalán dispuso de unos pocos minutos desde el banquillo ante el Lugo, mientras que lo propio le tocó vivir a Guzmán ante el Eibar. Eso sí, el caso del extremeño parece el menos preocupante para sus intereses personales, ya que en ataque las rotaciones suelen ser bastante más habituales.
También en su momento puede recuperar Rubio su lugar en el carril derecho, pero para quien la temporada se complica seriamente es para un Jaume que ya tiene por delante a muchos jugadores en la rotación, una cuestión que también puede afectar ahora a un Lázaro que también ha perdido galones con el gallego, ya que solo ha jugado 60 minutos siendo el futbolista disponible que menos opciones ha tenido. Las reconversiones de Ortiz y Manu García y la decidida apuesta por Emilio Sánchez, además del deseo de contratar un nuevo mediocentro en el mercado invernal, propician una superpoblación en el centro del campo que pone en serias dificultades a esos futbolistas que apenas han disfrutado de minutos con Mandiá en esa zona y que ven cerrarse la puerta.
Para quien la tesitura sigue igual es para un Quiroga que ni antes ni ahora ha encontrado la continuidad necesaria. Eso sí, el actual preparador alavesista ya se ha encargado de remarcar que el delantero argentino es un futbolista muy de su gusto y que le inspira mucha confianza disponer de su figura para dar una vuelta de tuerca ofensiva a los partidos.
En las semanas venideras, con recuperación de los lesionados y nuevas altas en forma de fichajes, habrá que ver cómo adapta el técnico de Alfoz sus rotaciones, qué jugadores disponen de su confianza y cuáles se ven definitivamente relegados a un papel secundario en la pelea por la permanencia.