Vitoria. La rueda del Deportivo Alavés ha comenzado a girar y lo hace a toda velocidad. Y es que si el sábado se le comunicaba a Gorka Laborda la rescisión de su contrato, al mismo tiempo que ayer se oficializaba por parte del club este movimiento se anunciaba otra salida para nada inesperada, la de Nico Schenone. Al igual que el delantero navarro, en el contrato del centrocampista uruguayo se había incluido una cláusula de corte a coste cero llegado el mercado invernal y vista la poca participación del mediocentro sudamericano, y con la aprobación de un Juan Carlos Mandiá que no le ha incluido en ninguna de las tres convocatorias que ha realizado desde que se sienta en el banquillo albiazul.
Al igual que la marcha de Laborda, la rescisión del contrato de Schenone ea una cuestión cantada. Su tardía incorporación en el mercado invernal supuso un lastre para acoplarse al equipo, más aún en una demarcación en la que Natxo González tenía depositada toda su confianza en Jaume y Beobide. Para colmo de males, en el duelo copero ante el Zaragoza sufrió un esguince de tobillo que se vio agravado seriamente apenas cuatro días después en el partido en Murcia. Entonces, el técnico vitoriano se vio obligado a echar mano del uruguayo por la falta de efectivos y el mediocentro aguantó como un titán durante 84 minutos a costa de sacrificar su tobillo. La imagen de su articulación hinchada en el viaje de vuelta a Vitoria lo decía todo, pero, pese a ello, Schenone siguió entrenando con el grupo y no fue hasta tres semanas después cuando se vio obligado a parar para recuperarse.
Tras ese episodio, su presencia con Natxo González ya no tuvo continuidad alguna y la llegada de Mandiá tampoco supuso variación alguna. Menos aún cuando el técnico gallego ha apostado para el centro del campo por jugadores como Álex Ortiz o Manu García, lo que ha propiciado una superpoblación en la zona ancha que se ha llevado por delante al uruguayo, que se marcha de Vitoria habiendo vestido la camiseta albiazul en 84 minutos ligueros y 90 coperos.
Liberado del pago de estos dos contratos hasta el final de la temporada, el Alavés gana un poco de margen salarial para afrontar el mercado invernal. Ni Laborda ni Schenone contaban con sueldos excesivamente onerosos -más bien todo lo contrario-, pero al menos la dirección deportiva se ha ahorrado unos miles de euros que ahora podrá reinvertir en las dos o tres contrataciones que se quieren cerrar en enero.
Por otra parte, ayer regresaron al trabajo Jiri Jarosik y Mauro Quiroga, quienes se ejercitaron por la tarde en solitario para recuperar el tiempo perdido estos días.