Vitoria. Muy a su pesar, Natxo González se ha convertido en el gran protagonista de una semana en la que su continuidad ya ha comenzando a estar seriamente en entredicho. Tanto en así que la fecha de caducidad en caso de nuevo yerro podría estar ya fijada para esta misma tarde-noche. No obstante, se muestra completamente tranquilo el técnico vitoriano, quien asegura que nadie del club se ha dirigido a él directamente y que de sobra sabe que la única medicina segura ante el mal deportivo de la guillotina sobre el entrenador es la victoria. Y precisamente en mentalizar a sus pupilos para conseguirla ante la Ponferradina ha volcado sus esfuerzos a lo largo de los últimos días de trabajo. Y es que, aunque la precesión se queda para el fuero interno, de sobra sabe el de Ariznabarra cómo se manejan los tiempos en el mundo del fútbol. Mientras tanto, y esperando que el citado momento no llegue, Natxo González despeja balones.
"Yo no sé si alguien me ha puesto en entredicho. No sé si ha habido alguna voz autorizada que haya dicho que si el Alavés no gana yo soy destituido. Son cosas que han salido y nada más. Yo sigo siendo parte de este proyecto y espero seguir siéndolo mucho tiempo. Estoy muy, muy, muy tranquilo. Más que nunca", explicó.
El técnico alavesista aseguró que en los últimos días nadie de la cúpula de la entidad se ha dirigido a él y cree que todo es "cuestión de confianza, de tenerla o no tenerla". "No hay que andar reforzando a nadie cuando se gana, cuando se empata o cuando se están cuatro o cinco partidos sin ganar. Es un tema de tener confianza o no tenerla y no hay más. Aquí nadie se ha referido a mi situación personal, así que tranquilidad. Aparte, yo vivo tranquilo con el trabajo. Confío mucho en los jugadores, en el cuerpo técnico y en mí. ¿Qué más voy a pedir? Estoy centrado únicamente en qué podemos hacer para ganar y transmitir energía positiva", incidió.
La confianza del técnico está puesta en la victoria, ese triunfo que le permite seguir evolucionando en el trabajo de un equipo del que sigue alabando su compromiso, del que destaca su potencial futbolístico ya demostrado y del que quiere erradicar esos fallos puntualmente repetidos y que son los que ahora propician el estado de intranquilidad que agita al club.
"La tónica de los últimos partidos es que en 10 minutos malos nos estamos cargando el resto que hemos hecho bueno. Nos estamos llevando muchos palos emocionales, pero hay que buscar lo positivo. Soy el único que puede hacerles ver que no somos tan malos. El apartado mental es muy importante y esta noche -por ayer- vamos a dormir visualizando que vamos a hacer un buen partido y que vamos a ganar", abundó.
Volvió a incidir Natxo González en ese buen puñado de partidos en los que el Alavés ha sido netamente superior a sus rivales, aunque luego sus propios fallos le hayan conducido a perder puntos que parecían atados, y espera que esos guiones iniciales se repitan sin los catastróficos pozos negros finales: "Esos minutos en los que hemos sido mejores son los que nos dan confianza y nos refuerzan. Necesitamos un pelín más en disputa, agresividad, hacer faltas... Somos el equipo menos tarjeteado y ahí tenemos que subir un peldaño la agresividad. Hay que recuperar ese espíritu guerrero y competir mejor. Hay que apretar los dientes y no ser tan vulnerables. Son errores que podemos solucionar. En muchos minutos hemos sido superiores y no hemos obtenido recompensa porque en esos malos minutos el contrario nos ha penalizado. Ojalá el Alavés siga siendo mejor que el contrario 80 minutos cada jornada y vayamos ganando con dos goles de diferencia como nos ha ocurrido porque la situación dará la vuelta, ganaremos y todos seremos felices".