Vitoria. Un nombre se erige por encima del resto entre los componentes de la plantilla del Deportivo Alavés. Borja Viguera ha firmado un primer tercio de temporada de matrícula de honor, ha conseguido marcar ya diez goles y es el pichichi de la Liga Adelante igualado con el sportinguista Stefan Scepovic. El riojano es una de las grandes figuras de la categoría y, por fin, ha conseguido explotar todo su talento, el que le precedía desde su etapa en Zubieta y el que ha explotado a lo largo del último año en Vitoria. Sus dianas, sus acciones soberbias con el balón y su particular estado de gracia han sido el faro que ha guiado al cuadro vitoriano y, así, no son pocos los clubes que tienen su nombre subrayado en rojo en sus agendas para tratar de afrontar su contratación en el venidero mercado invernal. Entonces los rectores de la entidad del Paseo de Cervantes habrán de elegir entre el rendimiento futbolístico o el monetario de su gran estrella.
La de Viguera ha sido la gran confirmación, aunque lo cierto es que el bloque de futbolistas que sigue en el equipo de entre los que consiguieron el ascenso ha ofrecido un rendimiento notable. Quitando a Crespo y Laborda, que apenas han jugado, los Rubio, Luciano, Manu García, Jaume, Beobide y Guzmán han tenido minutos de lucimiento, aunque en algunos casos han evidenciado también que todavía tienen problemas y carencias para asimilar el diferente ritmo entre las dos categorías.
En todo caso, los que no están ofreciendo el salto de calidad que se precisaba son la mayoría de los fichajes realizados el pasado verano. En este apartado hay que salvar la labor de un Ion Vélez que es uno de los bastiones anímicos del equipo con un espíritu guerrero al que ha añadido ya tres goles, mientras que Toti también ha brillado en casi todas sus apariciones. Los Emilio Sánchez, Goitia, Ortiz, Jarosik, Lázaro o Mora han cumplido sin alharacas, mientras que el resto o han fracasado estrepitosamente o apenas han disfrutado de minutos para demostrar su valía.
En todo caso, es a este grupo de fichajes a los que se le tiene que exigir que ofrezcan el salto competitivo que precisa el equipo. El bloque que continúa del pasado curso ya mostraba algunas carencias graves en Segunda B y muchos pueden ser buenos complementos, pero no futbolistas de referencia en la categoría de plata. La mejoría de unas incorporaciones de talento y experiencia se plantea como un aspecto fundamental para que el equipo vaya en lo venidero hacia arriba.