la primera parte del Deportivo Alavés ante el tenerife fue de todo menos brillante, pero el equipo albiazul tuvo el acierto necesario para forjarse una cómoda renta muy superior a sus merecimientos. Con dos goles de ventaja y todo a favor, el planteamiento del segundo acto fue de mal en peor, tanto que al final se acabaron cediendo dos puntos en el descuento y la parroquia albiazul abandonó Mendizorroza con un enfado monumental por culpa de esa espantosa gestión del resultado en una segunda parte desastrosa.

Ya de inicio, el Alavés cedió metros y balón a un Tenerife que fue avanzando y encadenó en el arranque de la segunda parte tres claras oportunidades consecutivas que tuvieron su premio con el gol de Ayoze en un saque de esquina. El habilidoso jugador canario desaprovechó luego una doble oportunidad en mano a mano con Goitia, pero cuando parecía que el cuadro vitoriano había pasado lo peor de la tormenta y que había recompuesto la figura perdida llegaron unos minutos finales que no pueden volver a repetirse.

Todavía con 2-1 en el marcador, los albiazules se fueron en demasiadas ocasiones de manera desesperada al ataque, sin guardar las espaldas ni conservar el balón dejando correr los minutos. Pero lo que colmó el vaso de la paciencia fue el cambio propuesto por Natxo González, dando entrada a Luciano en sustitución de Juanma. Los silbidos se escucharon claramente. Y los jugadores en las inmediaciones de Goitia se acumularon en tropel, ya que a los defensores locales se unían cada vez más atacantes visitantes. En esa tesitura, los vitorianos no fueron capaces de dormir el partido en los minutos finales y arriesgaron tanto que acabaron pagando un error innecesario con un penalti que propició que volasen otros dos puntos.