Partido marcado en rojo.

Partido muy bonito y muy emotivo porque pasé un año muy bonito en Vitoria y es la primera vez que me enfrento al Alavés. Se me va a hacer raro, pero bueno, la verdad es que tengo bastantes ganas porque va a ser un partido bonito para todos. Yo lo he vivido desde el otro lado y son enfrentamientos que motivan mucho, con los que vives sensaciones especiales, y me imagino que aquí será igual.

Hace tres años que abandonó el Alavés para cumplir el sueño de jugar en Segunda División, ¿cómo ha sido el trayecto para usted?

Fue duro dejar el Alavés porque me hubiese gustado poder cumplir el sueño de todo el alavesismo, que al final así ha sido, de ascender al equipo, pero salió una oportunidad importante para mi carrera. Suponía irte a Segunda División, a un equipo como el Numancia y al final las dos partes llegamos a un acuerdo. Para mí ha sido positivo, ya que estoy viviendo mi tercera temporada consecutiva en la Liga Adelante. Fue un paso importante, pero muy positivo para mi carrera.

Tras un primer año duro en Soria por culpa de las lesiones, el pasado curso ya fue un referente en Los Pajaritos y este verano ha cambiado de nuevo de aires con su fichaje por el Mirandés.

Cuando salí de Vitoria, tras la lesión de menisco que tuve allí, viví un año complicado porque me derivaron otros problemas de isquiotibiales y pubis. Fue un año difícil, pero el segundo fue mucho mejor, disfruté de muchos minutos y jugué prácticamente toda la Liga. Ahora decidí venir a Miranda porque vi que era un proyecto muy interesante, con un entrenador como Gonzalo Arconada, compañeros que ya conocía como Nagore e Igor, gente importante como Gaspar, Díaz de Cerio o Lucena... Era un proyecto interesante y que me apetecía. Vine sin dudarlo y de momento las cosas van bien.

¿Qué se ha encontrado?.

Un club humilde y con muchas ganas de crecer, con una afición entregadísima. Cuando juegas de local en Anduva sí que se cumple eso de jugar con doce porque la afición te empuja y saca muchos puntos en Miranda. Es un club pequeñito y humilde, pero a la vez una gran familia.

Han montado aquí una cuadrilla de vitorianos y exalavesistas muy destacada entre jugadores y técnicos.

Somos nueve jugadores viviendo en Vitoria, a lo que hay que añadir el cuerpo técnico, que también casi todos viven allí. Me encanta Vitoria, así que por ese lado la posibilidad de jugar en Miranda también era muy interesante.

Han comenzado mejor de lo que todo el mundo podría prever.

Vamos poquito a poquito, semana a semana y puntito a puntito. Nos encontramos en la jornada siete con catorce puntos, sin ningún tipo de limitación o de techo. Estamos sacando buenos resultados y, de momento, sin problemas.

Es extraño tener un arranque tan bueno después de un verano en el que el Mirandés estuvo a unos minutos de volver a Segunda B.

Para nosotros tampoco es que fuera de muchos nervios más allá de ese día en concreto. Desde el club en todo momento se nos transmitía tranquilidad y se aseguraba que todo estaba arreglado, pero llegó el día clave y nos encontramos con todo lo que ya es sabido. Se llegó a un acuerdo, se pudo sacar adelante y le verdad es que lo que viví ese día todavía me pone los pelos de punta. Ver a todo el vestuario entregado por la causa, intentando buscar una solución... Pocas veces se vive ese nivel de compromiso con un club y eso nos ha unido mucho más.

El Alavés es un recién llegado a Segunda y usted vivió su etapa en la categoría de bronce, pero el funcionamiento a nivel de club debe ser bastante diferente.

El Mirandés tiene muchas similitudes con el Numancia, que también tuvo un año muy bonito en Copa del Rey y a partir de ahí logró el ascenso, ir creciendo, un campo nuevo... En Miranda encuentro similitudes. Después de aquel gran año en Copa, se empieza a hablar mucho del Mirandés, está en boca de todos, el club va creciendo pasito a pasito... El Alavés es completamente diferente. Tiene una masa social detrás muy importante y con un estadio impresionante y ahí tiene mucho terreno ganado.

Ya sabía lo que era jugar en Anduva como visitante y ahora lo hace como local. Antes el Mirandés era un equipo sólido en defensa y muy aguerrido y parece que esas señas de identidad no han variado.

Es la tónica habitual del Mirandés y creo que además esta temporada hemos dado un pasito adelante en cuanto a calidad y lo estamos notando. Defendemos bien, somos un equipo muy aguerrido y comprometido con el esfuerzo y poco a poco estamos intentando mejorar en ataque y creo que los vamos consiguiendo, pero la base de todo sigue siendo la defensa.

¿Qué le parece el Alavés?

No conviene centrarse en su situación momentánea, tienen una gran plantilla, son capaces de mucho, y contra nosotros querrán hacer un gran partido, así que nos esperamos muchas dificultades. Pude verlos hace poco, y en casa son duros y aprovechan muy bien las oportunidades; fuera, sí es cierto que puede costarles un poco más, pero son rocosos y duros, saben a lo que quieren jugar, y tendremos que dar el cien por cien si queremos puntuar.