también de azul y blanco, pero con el escudo del Hércules en el pecho. Hasta cuatro integrantes de la actual disciplina del Deportivo Alavés se encontrarán mañana cara a cara con su pasado. Para unos un recuerdo reciente, para otros un período emocionante, pero para todos una oportunidad bastante bien aprovechada. En todo caso, los cuatro hoy albiazules que en su día militaron en el conjunto alicantino son todavía hoy recordados con aprecio en la capital de la Costa Blanca. No en vano, alguno de ellos fue protagonista destacado de los más grandes logros recientes en la historia del club que lleva por nombre el del legendario héroe de la mitología griega.
El caso más relevante lo protagoniza un hombre que ya puede afirmar que en el Hércules vivió los mejores años de una carrera deportiva que el pasado mes de junio tocó a su fin abandonando el deporte profesional por la puerta grande con un ascenso en la mochila. No fue el único que consiguió el hoy secretario técnico del Alavés, ya que en el club alicantino Sendoa es un auténtico ídolo. No en vano, allí jugó durante cinco temporadas (2006-11), siendo una de las piezas clave en el ascenso a Primera División -fue el futbolista que más partidos jugó- y convirtiéndose el 28 de agosto de 2010 en el debutante más veterano en la historia de la máxima categoría al estrenarse con 34 años, siete meses y 28 días.
Ese curso en Primera fue el último de Sendoa en un club al que dio grandes tardes de fútbol con su calidad por la banda izquierda. Había deslumbrado en Segunda B en el vecino Alicante y en el Hércules se consagró ya en la treintena acumulando 166 partidos y 28 goles en la competición liguera. Tras esa experiencia, y tras nueve años en Alicante haciendo historia con los dos clubes de la ciudad, el vizcaíno eligió el Alavés para su último trayecto como profesional y en Vitoria se despidió con un ascenso para dar el paso a los despachos que actualmente ocupa como secretario técnico en el Paseo de Cervantes.
La historia de Sendoa se escribe ya en pasado y en letras de oro en el caso de su relación con el Hércules, pero los tres jugadores del Alavés que aún siguen en activo y que guardan relación con el club alicantino también vivieron buenos años en aquellas tierras.
Para Ion Vélez, por ejemplo, su paso entre enero y junio de 2008 resultó extremadamente fructífero y le abrió definitivamente las puertas del Athletic. Por entonces había regresado el delantero de Tafalla a Lezama tras haber firmado un gran año en el Barakaldo, pero todavía le faltaba un escalón para jugar en Primera y la Segunda B se le quedaba pequeña. Tras una primera parte del curso 2007-08 compaginando el Athletic y su filial, en el mercado invernal se fue cedido al Hércules. Allí se convirtió en una pieza fundamental para el técnico Andoni Goikoetxea en una segunda vuelta en la que disputó veinte partidos y consiguió cinco dianas, la que sigue siendo su mejor cifra goleadora en Segunda. Tan hondo caló Vélez que el Hércules volvió a solicitar su cesión para el siguiente curso, pero entonces Joaquín Caparrós decidió que el navarro ya estaba suficientemente maduro para ser un león y acabó firmando una campaña notable, con 28 partidos en Liga, siete en Copa -jugó media hora en la final perdida contra el Barcelona- y cinco goles.
una experiencia cercana Más recientes en el tiempo son las experiencias de Pepe Mora y Toti. El central castellonense militó en las filas herculanas durante las dos últimas temporadas y aún tenía contrato vigente por dos cursos más, pero los problemas económicos del club, sus altos emolumentos -en Alicante se habla de una ficha de 200.000 euros que el jugador ya se había rebajado anteriormente a cambio de ampliar la duración de su contrato- y la poca relevancia que tenía en los planes del técnico Quique Hernández le llevaron a buscar la salida. Precisamente, fue la llegada del que es actualmente entrenador del conjunto alicantino la que puso punto final a una trayectoria de Mora que había sido excelente de la mano de Juan Carlos Mandiá, quien fue su valedor. Así, tras ser indiscutible y disputar 37 partidos en la campaña 2011-12 y nueve compromisos en la 2012-13 hasta que en la décima jornada destituyeron a Mandiá, la llegada de Quique Hernández le relegó a un segundo plano y hasta el final del curso solo sumó otros nueve partidos más para totalizar dieciocho en ese curso y 45 en total vistiendo la camiseta del Hércules.
El caso de Toti es justamente el contrario al de Pepe Mora. Tras un año en Segunda B cedido por el Granada en el Cádiz, el salmantino regresaba de la mano del club alicantino a una Segunda que descubrió con el Salamanca y fue a partir de la llegada de Quique Hernández cuando comenzó a contar con oportunidades. El extremo charro acabó participando en una veintena de partidos y destacó por su capacidad como asistente y tan buenas sensaciones dejó que los responsables herculanos solicitaron de nuevo su cesión, aunque en esta ocasión el Granada optó por prestar al futbolista al Alavés.