vitoria. Dentro del excelente sabor de boca que dejó en todo el alavesismo la brillante temporada pasada, únicamente puede encontrarse un punto amargo en la plaga de lesiones que afectó a la plantilla y que, por momentos, supuso un lastre muy importante para las aspiraciones del Glorioso. Pues bien, el cambio de curso parece no haber servido para dejar atrás este mal fario con los problemas físicos. Y es que, a las primeras de cambio, Natxo González ya se va a encontrar con inesperados recortes en su plantilla que le van a obligar a realizar virguerías para poder conformar la convocatoria del próximo fin de semana.

Nada menos que seis bajas tiene en estos momentos prácticamente aseguradas el preparador vitoriano de cara al importante compromiso del domingo en Murcia. Dos factores se han juntado para llegar hasta tan preocupante conclusión. Por un lado, que aquellos futbolistas que arrastraban problemas todavía no se han recuperado definitivamente y, por otro, que la eliminatoria de Copa del Rey ante el Zaragoza se ha cobrado un inesperado y elevado peaje.

En consecuencia, todo apunta a que Mora, Beobide, Jarosik, Lázaro, Nano y Laborda no podrán ser de la partida en la expedición que buscará estrenar el casillero de victorias albiazules en Liga esta campaña. Los tres primeros ya se han perdido los últimos compromisos y en teoría se esperaba que a lo largo de esta semana concluyeran su puesta a punto. Sin embargo, el discurrir de los acontecimientos impide ser tan optimista.

Mediada la semana, ninguno ha podido reintegrarse al trabajo normal junto al resto del grupo. Beobide y Jarosik, al menos, recuperaron ayer el contacto con el balón pero Pepe Mora ni tan siquiera pudo dar este paso adelante en su recuperación. Teniendo en cuenta que únicamente restan dos jornadas de entrenamiento antes de que el equipo viaje a Murcia, se antoja prácticamente imposible -y un riesgo innecesario además- que cualquiera de ellos integre la expedición albiazul.

Por lo que respecta a los damnificados de la Copa y a la espera de que el club informe del alcance exacto de sus respectivas dolencias -las pruebas se les practicaron en la tarde de ayer pero no será hasta hoy cuando se conozcan oficialmente los resultados-, sería casi un milagro que alguno de ellos estuviese en condiciones de ponerse a las órdenes de Natxo González.

El pinchazo en los isquiotibiales de la pierna izquierda que obligó a Lázaro a abandonar el terreno de juego en el minuto 20 se saldará, en el mejor de los casos, con un par de semanas de baja. Teniendo en cuenta la precaución con la que hay que tratar las lesiones musculares, un plazo menor se antoja correr riesgos innecesarios a estas alturas del campeonato. Si las pruebas revelan que existe una rotura de fibras importante, la convalecencia será, lógicamente, más larga.

En cuanto a Nano, hay que aguardar igualmente al resultado de las pruebas para determinar el grado del esguince de tobillo que sufrió pero, en cualquier caso, se antoja harto complicado -más aún teniendo en cuenta sus antecedentes en esas articulaciones- que se recupere para viajar el sábado a Murcia.

Por lo que respecta a Gorka Laborda, es el único caso sobre el que existe un mínimo resquicio para la esperanza. Pese a que inicialmente parecía el más preocupante de los tres, la evolución del delantero ha sido muy buena y en la jornada de ayer se encontraba mucho mejor que a la conclusión del duelo con el Zaragoza. En cualquier caso, el hecho de que la zona afectada sea una tan delicada como la rodilla invita a que, al menos como medida de precaución, guarde reposo este fin de semana.

Por último, Unai Medina también fue sometido a unas pruebas ayer al persistir el dolor en la nariz como consecuencia del golpe recibido en la jugada que supuso la expulsión de Abraham, aunque en principio no se espera que haya ninguna lesión.