Vitoria. La estrategia, el arma fundamental en un fútbol moderno que en ocasiones se ve amarrado por excesivos corsés, se ha convertido en el principal quebradero de cabeza del Deportivo Alavés en las dos primeras jornadas del campeonato liguero. Si en Girona todas estas acciones se quedaron en sustos, muchas veces con la ayuda de la diosa Fortuna, ante el Las Palmas una oportunidad que fue una isla solitaria en el transcurso de los noventa minutos del juego resultó determinante para que el equipo de Natxo González no sumase tres puntos que mereció. Eso sí, al mismo tiempo fue también una acción a balón parado la que le permitió rescatar un empate cuando el partido se iba ya por el sumidero, pero ese gol en saque de esquina de Borja Viguera no equilibra la balanza. En el debe a balón parado hay, en estos momentos, más peso que en el haber. Y se trata de una cuestión que hay que corregir de manera inmediata porque gran parte de las ocasiones y de los goles que en estos momentos generan unos equipos que mayoritariamente se encuentran en fase de rodaje llegan en este tipo de acciones.
El gol que consiguió el Las Palmas y que a punto estuvo de valer su peso en oro fue de esos que les duelen en el alma a los entrenadores, sobre todo por el hecho de que era una acción muy lejana que en principio no parecía peligrosa. Pero, más allá de la posición de Chrisantus y de lo adelantada que estaba una línea defensiva que no ejecutó bien la estrategia del fuera de juego, David García y Delev también le ganan la partida a la zaga alavesista, en una situación de desventaja de tres defensores para tres atacantes. Con el delantero nigeriano se encontraban Lázaro -por delante- y Viguera -por detrás-, pero el adelantamiento del vallisoletano para tapar a David García propicia que Chrisantus se aproveche de su posición aventajada sobre el riojano para batir a Goitia.
Las acciones de estrategia son una suma de aprendizaje y repetición y es evidente que a este nuevo Alavés le ha faltado el tiempo necesario para hacer funcionar todos los engranajes necesarios. Sin ir más lejos, el citado Lázaro que fue actor protagonista en el gol del Las Palmas apenas había completado tres entrenamientos con sus compañeros antes del partido del sábado y el conocimiento de muchos de los nuevos integrantes de la plantilla es todavía muy limitado en un apartado del juego en el que la confianza es fundamental.
problema repetido En el balance de los noventa minutos, el gol de Chrisantus fue el único remate entre los tres palos del Las Palmas en esa jugada a balón parado en la que el Alavés volvió a cometer un error que se repitió en varias ocasiones en el estreno del curso en Girona. El cuadro catalán dio un auténtico recital con una estrategia muy bien trabajada y exponiendo múltiples recursos y entonces los de Natxo González sufrieron mucho pero estuvieron afortunados porque ningún remate acabó en diana.
Llega ante el Córdoba un nuevo examen en este tipo de acciones, ya que el cuadro andaluz echó mano de la pizarra -López Silva amagó el disparo, siguió la carrera, se quedó libre en el área y Abel Gómez le sirvió el balón para que batiera a placer a Lux- para superar al Deportivo en Riazor y se trata de un equipo que basa su juego en cerrar vías de agua defensivas y tratar de maximizar sus oportunidades, como ha demostrado en las dos primeras jornadas ligueras.
En el aspecto positivo, la estrategia en un saque de esquina también le dio buenos réditos a un Alavés que también encontró remates en otras ejecuciones que no tuvieron el final brillante que le dio Viguera a la asistencia de Emilio Sánchez en el minuto 81. Con espacios y profundidad el equipo albiazul genera un peligro que le cuesta crear cuando el fútbol es más estático y, por eso, en esta fase de formación y crecimiento el balón parado en la ofensiva también tiene que ser un arma importante a trabajar.