Vitoria. Apenas llegó a los quince minutos su presencia sobre el terreno de juego, pero en ese escaso margen temporal Emilio Sánchez evidenció que ha de ser una pieza fundamental en el nuevo proyecto del Deportivo Alavés en su regreso a Segunda División. Un equipo que hasta la entrada del albaceteño se había mostrado errático e impreciso con el balón en los pies se vio beneficiado por el criterio de un futbolista llamado a ejercer esa figura de cerebro futbolístico de la que el conjunto vitoriano adoleció durante una pasada campaña en la que, pese a este déficit, no tuvo problemas para sacar sus partidos adelante con otras virtudes. El todavía pobre estado físico del exjugador del Murcia le dejó en el banquillo en el estreno en Montilivi, pero unos pocos minutos fueron suficientes para comprobar que es obligado que se convierta en una pieza importante en los esquemas de un Natxo González que parece decidido a darle la manija del equipo.

Y es que, en su regreso a la categoría de plata, el Alavés está obligado a mutar algunos conceptos de lo que fue la base fundamental de su juego la pasada temporada. Entonces, el preparador albiazul intentó por todas las maneras meter en dinámica de juego a un Miki que estaba llamado a desempeñar la misma función para la que ahora se ha contratado a Emilio Sánchez. El preparador de Ariznabarra quería un equipo que mantuviese la posesión del balón y generase a partir del centro del campo, pero el nulo rendimiento de Miki propició un socavón en este sentido que hizo variar el planteamiento con la presencia casi perenne de Jaume y Beobide en el doble pivote.

El rendimiento de la mencionada pareja fue sobresaliente en la categoría de bronce, merced en muchas ocasiones a su aplastante superioridad física, pero ya entonces era evidente que con el balón en los pies ambos no eran jugadores creativos. Un mal asumible en Segunda B, pero que en la Liga Adelante pasa cara factura. Más aún cuando físicamente los futbolistas aún no se encuentran en plenitud de condiciones. Si a estas carencias se le añaden los problemas de la defensa para dar salida al juego con un mínimo de criterio, el cóctel resulta tremendamente dañino. Bien se pudo comprobar en Montilivi, donde el cuadro vitoriano sufrió muchísimo en la zona de creación y perdió infinidad de balones que le acabaron trasladando a situaciones de enorme peligro.

El conjunto alavesista necesita trabajo en esa zona ancha, eso es indudable, pero también necesita de la calidad en la creación que en estos momentos solo puede aportar una figura como Emilio Sánchez. El albaceteño ya fue el constructor de juego del Glorioso que acabó bajando a Segunda B y posteriormente ha llevado la batuta tanto en el Recreativo de Huelva como en el Murcia. Experiencia, por tanto, no le falta a un jugador que, eso sí, necesita una rápida puesta a punto en el estado físico, ya que no llegó a Vitoria en las mejores condiciones y en la semana previa a la disputa del partido sufrió unas molestias que le obligaron a parar en los dos últimos amistosos y que le hicieron partir desde el banquillo en el estreno ante el Girona.

Otra llegada Tanto en la pretemporada como en el inicio del nuevo curso ha quedado claro que Natxo González pretende que Emilio Sánchez sea el organizador del equipo, ya que en su anterior etapa en Vitoria también ejerció como mediapunta. Ahora, cuando juegue, su situación sobre el campo será más retrasada y suya será la responsabilidad de dar salida al balón con criterio, además de ser una amenaza muy importante en las jugadas a balón parado, como bien ha demostrado a lo largo de las últimas campañas en Segunda.

En Montilivi apenas tuvo un cuarto de hora de presencia sobre el terreno de juego, pero fue tiempo suficiente para comprobar que le puede aportar mucho al equipo en esa zona de creación. Y es que, además de buenos pases y salida del balón hacia arriba desde el centro del campo, el manchego también lo intentó con un disparo lejano que se le fue alto y un remate que a punto estuvo de convertirse en el gol del empate y que se le acabó yendo desviado por muy poco.

En todo caso, además de los tres actuales mediocentros, el club se encuentra inmerso en la búsqueda de un nuevo centrocampista que también debería contar con ciertas dotes organizativas para que el albaceteño no se quedase demasiado solo en esa tarea de convertirse en el cerebro del equipo.