Vitoria. Cuando apenas faltan unas horas para que se suba el telón de la temporada del regreso a Segunda División del Deportivo Alavés, Natxo González echa de menos tiempo y efectivos para encarar con plenas garantías el arranque del nuevo y exigente curso en el que el conjunto vitoriano parte con el objetivo de asentarse en la categoría de plata tras cuatro años de ausencia y después de muchos cursos marcados por la convulsión. Al nuevo proyecto albiazul le faltan aún bastantes horas de vuelo en forma de entrenamientos, lo que unido a la llegada escalonada de unas incorporaciones que todavía tienen que seguir goteando propicia que el conjunto albiazul no vaya a encarar el arranque del nuevo curso en el mejor estado posible. El consuelo lo otorga el hecho de que este mal que afecta al cuadro vitoriano también hace mella en casi todos los componentes de una Liga Adelante en la que la mayoría de las plantillas están aún sin cerrar y en la que el período de preparación ha sido, en casi todos los casos, demasiado corto como para llegar al arranque de la competición con las pilas completamente cargadas.
Precisamente, hoy mismo se cumple un mes desde que el equipo, o parte del mismo, se vistiese de nuevo de corto para iniciar el trabajo de pretemporada. El 15 de julio comenzaba a engrasarse, aún bajo mínimos. Y es que por entonces solo la base renovada del pasado curso (Crespo, Rubio, Luciano, Manu García, Jaume, Beobide, Guzmán, Viguera y Laborda) y los recién incorporados Goitia, Medina y Vélez conformaban un exiguo grupo de doce jugadores a las órdenes de Natxo González, que ese mismo día también comenzó a evaluar el estado físico de un Óscar Serrano que finalmente se ha hecho un hueco en el equipo. A partir de ahí, ya con el trabajo iniciado, comenzó un constante goteo de llegadas con los fichajes de Quiroga, Nano, Emilio Sánchez, Ortiz, Juanma y Pepe Mora, quienes de momento no están al mismo nivel físico que los compañeros que llevan trabajando desde el primer día. Incluso en algún caso, como en el de Nano, una lesión le ha impedido estar con el grupo y se perderá el arranque del curso en Girona.
escaso de efectivos El hecho de haber apostado por una plantilla relativamente corta (se pretende cerrar con veintidós fichas) y tener pendientes todavía las incorporaciones de tres futbolistas más (central, mediocentro y extremo izquierdo) propicia que Natxo González se encuentre bastante escaso de efectivos de cara a la primera jornada, ya que a la ausencia del lesionado Nano también habrá que añadir la de un Manu García que no podrá debutar en Segunda División en la visita a Montilivi al arrastrar un partido de sanción correspondiente al último encuentro de la pasada campaña ante el Tenerife. Así las cosas, el técnico vitoriano solo cuenta con diecisiete jugadores del primer equipo, varios de ellos aún en baja forma, y tendrá que echar mano de alguno de los canteranos que han trabajado durante la pretemporada a sus órdenes para completar la primera convocatoria del curso.
El cuadro vitoriano alcanzará el primer compromiso oficial del nuevo curso con apenas 32 días de trabajo en sus piernas -el hecho de comenzar la competición en viernes le ha hecho perder un día más-, mientras que el pasado curso Natxo González dispuso de 40 días -desde el 16 de julio hasta el 24 de agosto- para disponer una puesta a punto en la que también contó con la mayoría de sus efectivos desde el principio. Ese buen trabajo durante la pretemporada propició un excelente rendimiento del equipo en unas primeras jornadas ligueras en las que comenzó a cimentar su éxito con unas virtudes que ya le acompañaron con posterioridad durante todo el curso.
De cara a esta nueva campaña, con los condicionantes de las premuras tanto temporales como en la confección de la plantilla, a las que cabe añadir el lógico incremento de la exigencia por el ascenso de categoría, parece bastante complicado que el Alavés repita su sensacional arranque del pasado curso. Eso sí, en el caso de la carrera por la permanencia, que se sitúa en los 50 puntos, no existe esa necesidad casi perentoria que tenía el equipo de sumar de tres en tres cada fin de semana el pasado año, pero también es evidente que un buen arranque serviría para ganar en confianza y para que no comenzasen a surgir dudas de forma prematura.