Vitoria. Suele decirse que cuando una pareja ha llegado a un punto de no retorno en su relación lo mejor que puede hacer es separar sus caminos y a esa conclusión han llegado Josean Querejeta y la familia Ortiz de Zárate. Era una secreto a voces desde hace meses que los dos grupos de accionistas mayoritarios del Deportivo Alavés habían perdido por completo el feeling que les llevó a afrontar de la mano el reto de tomar el timón del Glorioso cuando la espada de Damocles de la desaparición pendía peligrosamente sobre su cabeza. Pues bien, finalmente en la tarde de ayer ambas partes hicieron público un comunicado en el que se daba rango de oficialidad al movimiento esperado desde hace tiempo, la compra de las acciones del antiguo presidente por la sociedad Avtivask, liderada por el Baskonia.

A partir de ahora, por lo tanto, el grupo que comanda Josean Querejeta cuenta con el control absoluto del club, ya que es propietario de todas las acciones salvo el pequeño porcentaje que permanece en poder de los pequeños accionistas. En realidad, esta operación no es sino una manera de cerrar una relación tormentosa con un acuerdo que permite a la familia Ortiz de Zárate recuperar su inversión -cercana al millón de euros- y a los actuales gestores del Alavés desprenderse de una compañía no demasiado cómoda en estos momentos.

Ahora bien, la ruptura no resultaba ni mucho menos imprescindible para que Josean Querejeta pudiese dirigir a su gusto el club, puesto que desde que hace meses se hizo con el paquete de la familia Ruiz de Gauna ya disponía del 51% del capital necesario para poder aplicar la mayoría absoluta sin ningún tipo de restricción.

La nota hecha pública ayer concluye asegurando que Avtivask "ratifica su compromiso con el Deportivo Alavés, redoblando sus esfuerzos para el mantenimiento de una entidad estable y saneada, con ambición de crecimiento deportivo y con voluntad inequívoca de aunar y liderar al conjunto del fútbol alavés".