vitoria. Más de tres décadas después de que sellara un vínculo que lo ha mantenido como un importante satélite del Athletic de Bilbao en Álava, el Aurrera de Vitoria puede convertirse en breve en uno de los grandes aliados del Deportivo Alavés en su afán por recuperar el control del fútbol base del territorio. El club rojillo, referente en categorías inferiores y líder en volumen de jugadores en la provincia, ha dado el primer paso para firmar un nuevo convenio con la entidad del Paseo de Cervantes. El Athletic, a través de un comunicado oficial, hizo pública la ruptura del acuerdo que mantenía a ambas partes ligadas desde comienzos de la década de los ochenta.
En la nota, escueta, el club bilbaino explicaba que "las dificultades económicas" que padece el Aurrera han forzado este divorcio y la decisión de acogerse a otro convenio. De fondo, no obstante, se aprecia la silueta del Alavés, que desde que cambió de propietarios hace ahora dos años ha tratado de modificar los parámetros que guiaban la hoja de ruta de su fútbol base. Y esta operación se antojaba desde el principio fundamental.
El acuerdo, no obstante, todavía no está cerrado. Ni mucho menos. Desde ambas partes se transmite calma y se asegura que quedan muchos flecos pendientes. Pero en la voluntad de los rectores tanto del club rojillo como del albiazul pesa el deseo de volver a involucrar en un frente común a los dos principales clubes del territorio, con el permiso de otros que, como el Laudio, ahora en Segunda B, han sabido hacer bien las cosas en estos últimos años.
Las reuniones entre responsables de Alavés y Aurrera han sido constantes en estos últimos meses. Ya en abril este periódico desveló las firmes posibilidades que existían de que pudiera darse un acuerdo que se presume cercano. Salvo que se tuerza en las reuniones finales, el Alavés podrá conquistar el apoyo de un club que cuenta con más de una treintena de equipos de todas las categorías y cuyo buque insignia, el primer equipo, ha vuelto a descender este curso de categoría; de Tercera a Preferente.
El ascenso del equipo que dirige Natxo González a Segunda División ha permitido dar el último empujón a las conversaciones. Desde el Aurrera, sin embargo, se asegura que no son sólo motivos económicos los que han impulsado el cambio que podría cerrarse en breve. Hay otros muchos aspectos, entre los que cabe incluir ese regenerado deseo del Alavés de conseguir que en un futuro más jugadores nacidos o formados en el territorio alavés lleguen al primer equipo albiazul. A cambio, no en vano, el Glorioso también exige ciertas contraprestaciones que pueden entrañar ciertas dificultades a la hora de finiquitar la negociación. La directiva albiazul pretende gozar de control absoluto en la toma de decisiones, un punto que ha supuesto fricción.
El Aurrera no atraviesa su mejor momento. El club rojillo ha vivido épocas mejores. Fundado en 1935 -tan sólo 14 años más tarde que el Alavés-, en los noventa y comienzos del presente siglo llegó a consolidarse en Segunda B, categoría en la que permaneció ocho temporadas. Sin embargo, los problemas económicos que padeció, en parte fruto de la mala gestión de sus rectores de turno, precipitó una caída libre de la que apenas ha logrado recuperarse. Aún mantiene una importante deuda que el acuerdo con el Alavés podría aliviar. Por eso el club rojillo ha decidido desvincularse del Athletic.
Su labor de cantera se mantiene sin embargo entre las más punteras de Euskadi. El Aurrera, uno de los clubes vascos con más equipo en categorías inferiores, ha servido de trampolín a jugadores que a lo largo de los últimos años han logrado hacer carrera en Primera y Segunda División. Gente como Aitor Ocio, Igor Jauregi, Pablo Gómez, Oskar Tabuenca, Edu Estíbariz, Aritz Aduriz, Koikili o César Caneda lucieron de rojo en Olaranbe.