vitoria. El 15 de julio por la mañana, en Pamplona, los borrachos tardíos corren el último encierro de los sanfermines, quizá el más curioso y respetado por los defensores de los animales, pues en lugar de toros sirve como amenaza un autobús de línea, la villavesa. En Vitoria, en cambio, el 15 de julio fue la fecha elegida para que el nuevo proyecto del Deportivo Alavés, el plantel que debe volver a consolidar al Glorioso en el fútbol profesional, se pusiera en marcha en Mendizorroza. Una cálida mañana estival recibió al centenar de curiosos que cogieron sitio en las gradas del estadio del Paseo de Cervantes para asistir a la primera sesión de trabajo de un equipo aún incompleto pero que, en virtud del timonel que gobierna la nave, parece llamado a mantener unas señas de identidad muy reconocibles.

Los aficionados albiazules pasaron la poco más de hora y media que se prolongó el entrenamiento en silencio y después despidieron con una ovación, un cálido gesto, al equipo y a su entrenador, que parte con el desafío de volver a ejercer de profeta en su tierra, en un contexto interno complejo y con una plantilla todavía excesivamente corta.

"Es lo que hay. Nos habría gustado tener a todos los jugadores ya hoy, pero no ha podido ser. Poco a poco irán llegando", se excusó a los pocos minutos de concluir el entrenamiento el nuevo secretario técnico de la entidad, Sendoa Agirre. El hasta hace no demasiado extremo izquierdo vizcaíno, haciéndose poco a poco a las labores de despacho, no supo precisar si los tres refuerzos que su jefe, Javier Zubillaga, prometió la pasada semana que estaban al caer se han estancado o frustrado. El caso es que catorce jugadores del primer equipo, tres de ellos porteros, iniciaron la pretemporada sobre el mantel verde de Mendizorroza ayudados por seis jóvenes canteranos que aspiran a convencer al técnico durante este periodo estival de preparación de que tienen calidad para disponer de alguna oportunidad en la maratoniana temporada que se avecina.

Julen Lafuente, Einar Galilea, Ion Vega, Alex Arrese y Tito son los chavales que ayer participaron en la doble sesión de trabajo con la que Natxo González, que ayer estuvo flanqueado por su nuevo segundo, Alberto López, quiso prender la mecha de una pretemporada que tiene pinta de que será exigente, con vistas a afrontar con un buen tono físico el debut liguero, el fin de semana del 17 y 18 de agosto en Girona. Ayer, mañana y el viernes la plantilla se ejercitará en doble sesión, a las 10.00 y las 19.00 horas, mientras que hoy, el jueves y el sábado lo hará sólo por la mañana.

En cualquier caso, los ensayos serios comenzarán la próxima semana, cuando lleguen los primeros amistosos. El club tiene previsto anunciar hoy los rivales y las fechas concretas para los siete encuentros de preparación que tendrán lugar antes del arranque liguero. En principio, el combinado albiazul disputará estos siete encuentros amistosos distribuidos a lo largo de los 33 días que durará esta pretemporada. El próximo miércoles, el 24 de julio y víspera de Santiago, está previsto que se dispute el primer partido. Los demás llegarán los días 28 y 31 de julio así como 3, 7, 10, y 11 de agosto, aunque podrían sufrir alguna alteración en función de un rival que, como desveló Sendoa, quedaba ayer por confirmarse. "No sólo depende de nosotros", sentenció el secretario técnico del equipo vitoriano.

Estas semanas pueden resultar claves para el devenir del cuadro albiazul. Natxo González, que parte de nuevo exigido, sorprendentemente cuestionado tras las dudas que mostró la directiva y el director deportivo a la hora de ofrecerle la renovación, tratará de afinar al máximo la orquesta para firmar un buen arranque que permita fortalecer la confianza de un bloque que, a falta de conocer la identidad de sus últimos refuerzos, volverá a reposar su fortaleza en lo colectivo.