vitoria. El Deportivo Alavés quiere pescar en una de las canteras más prolíficas del fútbol estatal. Lezama, una tierra excelsa donde surgen a borbotones futbolistas de un indudable talento, es el centro neurálgico donde se están cociendo posibles novedades en forma de altas para la siguiente andadura en Segunda A y están depositados los focos para tratar de conseguir la cesión de varios pujantes elementos que no cuenten con la confianza del Athletic para su próximo proyecto en la máxima categoría liderado por Ernesto Valverde.

Son varios los jugadores por los que suspira un perfecto conocedor del mercado vasco como Javier Zubillaga, aunque sin duda alguna es Erik Morán a día de hoy el principal objeto de deseo del cuerpo técnico albiazul. El club vitoriano está vivamente interesado en la llegada del potente centrocampista portugalujo, inmerso en negociaciones con la entidad de Ibaigane para renovar el vínculo que expira el 30 de junio. Ya sea mediante una cesión o incluso en propiedad si las conversaciones desembocan en un desencuentro, el Alavés aspira a contar con sus servicios para para liderar la zona ancha en Segunda A, una categoría exigente que requiere de hombres físicos que abarquen mucho campo y, al mismo tiempo, se hallen dotados de una buena capacidad para sacar el balón controlado. Morán, de 22 años y 1,87 metros, responde con creces a ese perfil y sus excelentes cualidades fueron valoradas hace meses por Marcelo Bielsa cuando le hizo debutar en dos partidos correspondientes a la Europa League y otro en Liga ante el Real Madrid.

Deseado en su día por el Barcelona y del Valencia debido a su imparable progresión, Morán medita en estos momentos una decisión fundamental para su futuro. No en vano, antepone su continuidad en un conjunto que le garantice minutos de calidad, pero Valverde desea comprobar primero in situ sus evoluciones en la pretemporada antes de decidir su ingreso en el primer equipo.

Sin embargo, no es el único rojiblanco que gusta en Mendizorroza. Saborit y Guillermo constituyen otros jugadores que se encuentran en la órbita alavesista. Ambos han rayado a un excelente nivel a las órdenes de Ziganda en el filial del Athletic, quedándose a las puertas de pelear por el ascenso tras la dolorosa eliminación por penaltis ante el Huracán. El primero, de 21 años, es un lateral izquierdo polivalente que incluso puede actuar en posición más adelantadas debido a su largo recorrido. El segundo, un delantero centro de apenas 20 años, también posee un futuro envidiable y prueba de ello son los 13 goles que ha marcado en el ejercicio recién concluido. La fallida tentativa del combinado vizcaíno a la hora de subir un peldaño de categoría alimenta la posibilidad de que varias de sus promesas puedan emigrar hacia otro lugar en busca de minutos de calidad para no ver frenado su crecimiento. Y el Alavés emerge, por motivos obvios, como un destino ideal.