GASTEIZ. Cono suele suceder con casi todos los aspectos de la vida, el Deportivo Alavés apenas va a poder dedicar unos días a disfrutar de la enorme alegría que le ha deparado el ansiado ascenso. Lejos de recrearse y entretenerse en las celebraciones, la entidad albiazul debe ponerse de inmediato manos a la obra para preparar el futuro que le aguarda a corto plazo. Porque el regreso a Segunda División implica, evidentemente, múltiples beneficios frente a las estrecheces de todo tipo que ahogan a los conjuntos que purgan sus pecados en la Segunda B pero, al mismo tiempo, también implica unos desafíos de obligado cumplimiento.

Se trata de aspectos fundamentales para la supervivencia de cualquier club y que los responsables del Glorioso deben encarar con decisión. El más importante de todos ellos, lógicamente, se centra en el ámbito económico. Subir un peldaño dentro del escalafón del fútbol español supone, como es lógico, poder aspirar a mayores ingresos pero, de la misma manera, también la necesidad de estar preparado para soportar gastos muchísimo más importantes.

De esta manera, el presupuesto con el que encarar la temporada será, con toda probabilidad, más del doble que el de la campaña que finalizará el próximo día 16. Ello supondrá moverse en unas cifras de entre siete u ocho millones de euros que no resultará precisamente sencillo recaudar teniendo en cuenta el contexto general de crisis actual. Aproximadamente dos millones, como mínimo, están garantizados por la aportación pactada con las instituciones (Diputación, Ayuntamiento y Gobierno Vasco).

A partir de ahí, sin duda la partida más importante será la que generan los derechos de televisión. El Alavés se reintegrará en el G-30 -grupo de equipos modestos de Primera División y prácticamente todos los de Segunda que impulsó hace ya más de una década- y en virtud de los acuerdos que este colectivo tiene suscritos con los operadores televisivos y el reparto de la actual campaña, le corresponderá ingresar cerca de 2,5 millones. A esta partida se le sumará otro pellizco de aproximadamente 500.000 euros, que llegará procedente de una triple fuente: la quiniela, el patrocinio de BBVA y la cesión de un porcentaje de sus derechos de imagen que realizan los equipos que participan en la Liga de campeones.

Sin embargo, esta última cantidad queda prácticamente anulada por una de las primeras obligaciones económicas a las que tendrá que hacer frente El Glorioso, que no es otra que satisfacer el canon para poder tomar parte en la Segunda División y que asciende a medio millón de euros. Ese dinero debe depositarse en metálico en la LFP antes del próximo 31 de julio y sólo tras cumplimentar ese trámite se recibirá la luz verde para iniciar la próxima temporada. En realidad son necesarios más requisitos, como la conversión del club en sociedad anónima, pero el Alavés ya tiene los deberes hehos de su anterior paso por la categoría de plata (las irregularidades en este proceso, por ejemplo, son las que han provocado el descenso administrativo -comunicado ayer por la LFP- del Guadalajara).

En consecuencia, los responsables de la entidad del Paseo de Cervantes deberán ingeniérselas para encontrar más vías de financiación que les permiten llegar hasta el límite marcado en el presupuesto. En este sentido, la más importante y cercana en el tiempo es la captación de socios. A la conclusión del presente ejercicio, en Segunda B, el equipo contaba con 7.450 abonados según los datos facilitados por el propio club, y el objetivo es que esta cifra aumente considerablemente al competir en una categoría superior.

El propio Josean Querejeta ya lo deslizó al día siguiente de certificar el ascenso durante la recepción en la balconada de la Virgen Blanca. "Ahora es que cuando se tiene que demostrar la afición pot el Alavés. La respuesta ha sido espectacular en este partido pero donde de verdad necesitamos que se note ese apoyo es en la próxima campaña de socios, porque hace falta que aumente de manera importante el número de abonados", advirtió. El mensaje no puede ser más directo. Ahora bien, una parte importante de la pelota también se encuentra sobre su tejado. Y es que de las condiciones económicas de los nuevos carnés -la subida importante del precio está asegurada como consecuencia del cambio de categoría- dependerá en gran medida la respuesta de la gente. En el último curso en Segunda, el 2008-09, el club contaba con 7.500 socios aproximadamente. Una cifra muy similar a la de éste y qu ese antoja claramente insuficiente para los planes de la directiva albiazul.