Vitoria. San Mamés acogerá uno de los duelos cumbre en la Segunda B, un partido entre dos estilos contrapuestos que al mismo tiempo han resultado ser exitosos. Como en el fútbol no existe una fórmula matemática que asegure la victoria, la variedad es tan amplia como equipos existen. Lo importante es resaltar las virtudes propias y maquillar los defectos a la vez que se trata de realizar la operación inversa con el oponente. Cada uno con su estilo, tanto Natxo González como José Ángel Ziganda han erigidos dos proyectos de extremada solvencia que, en una u otra posición, van a partir como favoritos en la próxima fase de ascenso por cuyos puesto de máximo privilegio siguen peleando en las tres últimas jornadas ligueras.
Del Deportivo Alavés poco queda ya por descubrir. Natxo González ha confeccionado un bloque basado en la seguridad defensiva y destaca por el potencial físico de un colectivo que en sus mejores días acaba aplastando a sus rivales a base de ritmo. No es, ni de lejos, la plantilla albiazul una de las más sobradas de talento de la categoría -Viguera, Jonan y Sendoa son las excepciones-, pero sí que cuenta con una fortaleza y un poderío en las piernas que le llevan a marcar diferencias. Es, ante todo, El Glorioso un conjunto de futbolistas de poderoso físico, de mucho esfuerzo y con una excelsa resistencia física.
Este potencial lleva al Alavés a plantear partidos de un desgaste tremendo, en los que en no pocas ocasiones acaba doblegando a sus rivales por la fuerza. Así, la presión desde zonas muy adelantadas -Juanma y Laborda hacen un trabajo fundamental- es una de sus principales virtudes, ya que de esta manera llena el campo de minas en forma de piernas de defensores -el doble pivote compuesto por Jaume y Beobide es una garantía para el entramado defensivo- que obstaculizan soberanamente el juego de sus rivales. La máxima premisa albiazul es dejar a los rivales sin marcar y, a partir de ahí, buscar las oportunidades que les puedan dar los tres puntos en juego.
En ataque, es el equipo de Natxo González un equipo que casi siempre apuesta por las bandas para hacer daño. Aquí también el poderío físico es una referencia, ya que cuenta con Natxo González con unos laterales como Rubio, Manu García o Juanje que son letales en el ataque al formar excelentes sociedades con extremos como Guzmán o Sendoa.
En cuanto a la elaboración, la ausencia en el doble pivote de un organizador -Miki se puede considerar como el único fichaje fracasado- genera una importante dependencia del trío de mediapuntas que habitualmente dispone el técnico vitoriano en el 4-2-3-1. Ahí, sobre todo por el centro, la figura fundamental es la de un Borja Viguera que le otorga una dimensión diferente al juego alavesista cuando se encuentra acertado. En todo caso, los albiazules suelen tener problemas de efectividad de cara al gol a pesar de que generalmente crean bastantes ocasiones.
El balón, protagonista Todas esas virtudes han llevado al Alavés a su actual primer puesto, mientras que el Bilbao Athletic marcha tercero del grupo con un estilo completamente diferente y en el que prima la circulación del balón y la generación del fútbol ofensivo a través de rápidas combinaciones en el centro del campo. Siguiendo el estilo impuesto por Marcelo Bielsa en el primer equipo, Ziganda ha perfeccionado el rendimiento de su equipo en su segunda temporada al frente de una camada de cachorros de la que muchos miembros estarán jugando en breve en los campos de Primera División.
Dentro del esquema 4-3-3 planteado por el técnico navarro, el peso del equipo recae sobre la línea compuesta por los tres centrocampistas, que juegan en posiciones interiores liberando las bandas para las incorporaciones de los laterales (Bustinza por la derecha y Saborit o Magdaleno por la izquierda) y con dos extremos que también ayudan mucho en la creación, ya que son todos futbolistas muy dinámicos. Los Eraso, Morán, Peña, Eguaras, Goti, Jonxa, Eizmendi, Guarrotxena o Aketxe componen una nómina sobrada de calidad y también de capacidad goleadora para repartirse el centro del campo y las bandas, quedando en punta Guille Fernández o Yurrebaso, que esta temporada registran buenas cifras goleadoras con diez y seis dianas en sus casilleros.
Con ese poderío en el centro del campo, el Bilbao Athletic gusta de mantener el balón en su posesión y circularlo con velocidad en busca de espacios y desequilibrios. Tocar, tocar y tocar para buscar el fallo del rival. Las cualidades de sus futbolistas le permiten a Ziganda manejar diversas variantes en cuanto a nombres, ya que muchos de ellos pueden actuar en diversos puestos y casi todos cuentan con una buena capacidad goleadora, destacando en este sentido Jonxa (7) y Aketxe (5).
Esa tendencia a manejar el balón hace que el Bilbao Athletic sea un equipo más endeble cuando no disfruta de la posesión y el oponente le obliga a desgastarse. La presencia en el primer equipo de dos centrales de la categoría de Ramalho y Laporte hacen que el eje de la zaga sea, con total seguridad, la demarcación más endeble de un equipo que también ha tenido serios problemas con las lesiones en una portería en la que los cambios han sido una constante.