Vitoria. Pocas veces un relleno llegado a última hora y de rebote a un equipo ha conseguido hacerse con un papel relevante a lo largo de la temporada. Los casos de este inusual fenómeno pueden contarse con los dedos de las manos y suelen sorprender a los clubes e incluso a los propios protagonistas. Son siempre, eso sí, motivo de gran regocijo para ambos. Pues bien, el Deportivo Alavés ha sido agraciado en el presente curso con este particular gordo. De esta manera, un retal aparentemente condenado a permanecer en el fondo del cajón albiazul ha logrado dar la vuelta por completo a la situación hasta marcar tendencia en el momento actual.

Este no es otro que Juanma Delgado, que el domingo volvió a demostrar su gran utilidad y, gracias a su gol, permitió al Glorioso hacerse con los tres puntos en liza ante el Zaragoza B. El potente delantero valenciano llegó a Vitoria a mediados del pasado mes de agosto después de haber completado una temporada anterior bastante errática en el Denia y sin equipo tras haber peregrinado por diferentes destinos durante la pretemporada. Su aspecto, evidentemente pasado de peso, no invitaba demasiado a la confianza.

Sin embargo, la situación del Deportivo Alavés tampoco era para tirar cohetes. Con prácticamente todo el presupuesto destinado a fichajes ya gastado y huecos aún en la plantilla, se afanaba por encontrar un mirlo blanco que acompañase a Negredo y Borja Viguera en la vanguardia. Obviamente, el objetivo era harto complicado por cuanto la directiva no estaba dispuesta a desembolsar ni un euro y el gol siempre se ha cotizado alto en el mundo del fútbol. En definitiva, que la secretaría técnica decidió aceptar la llamada de los representantes de Juanma e incorporarlo a prueba a los entrenamientos del equipo.

Al menos, Natxo González dispondría de un elemento más con el que trabajar el equipo antes del inicio de la competición oficial y, mientras tanto, el club podría seguir rastreando el mercado. El tiempo fue pasando, sin embargo, y el ansiado delantero de garantías no aparecía por Mendizorroza. Arrancaron la Liga y la Copa del Rey y, como que no quiere la cosa, se llegó al cierre del mercado de fichajes estival. Así que, ante la falta de alternativas y casi de rebote, el Alavés optó por concederle una ficha para todo el curso al ariete valenciano.

Todo apuntaba, en cualquier caso, a que a la menor oportunidad de que dispusiese, la entidad del Paseo de Cervantes apostaría por otro delantero de mayor relevancia. Las primeras semanas de Juanma como integrante de pleno derecho de la plantilla, además, tampoco ayudaron demasiado a despejar los nubarrones que se cernían sobre su futuro en Vitoria. Evidentemente fuera de forma por la falta de entrenamiento previo, se limitaba a trabajar durante la semana para quedarse en la grada un fin de semana tras otro.

Así, su estreno como albiazul en Liga no llegó hasta la octava jornada del campeonato, cuando sustituyó a Barahona a falta de dos minutos para el final del partido ante Osasuna B. Idéntica escena se repitió quince días después ante el UD Logroñés (el cambiado esta vez fue Viguera). Sin embargo, entre medias se había producido la grave lesión de Rubén Negredo y esa baja facilitó su acceso a un mayor protagonismo.

Juanma decidió no desaprovechar la oportunidad que se le presentaba y estrenó titularidad ante el Sestao contribuyendo a la victoria alavesista con su primer gol liguero. A partir de entonces no ha dejado de crecer -sólo la inoportuna lesión que padeció le mantuvo varias jornadas en el dique seco y le sacó por un tiempo del excelente estado de forma en que se encontraba y que parece haber recuperado- hasta convertirse en una pieza de gran valor para este Glorioso.

El pasado domingo firmó su sexta diana en los 21 encuentros de Liga que ha disputado -de nuevo supuso tres puntos- pero, además, siempre que está en el césped es una garantía de trabajo e incordio permanente para las defensas rivales. De esta manera, lo que parecía un retal de paso por Vitoria amenaza con asentarse en Mendizorroza.