vitoria. Hace apenas un mes, cuando se encaraba el tramo definitivo de la temporada regular con las últimas nueve jornadas únicamente por delante ya, prácticamente nadie albergaba dudas de que el primer puesto de la clasificación -y con ello las ventajas que ofrece en la posterior fase de ascenso- estaba virtualmente asignado al Deportivo Alavés. El conjunto albiazul tiranizaba la tabla desde que en la tercera jornada se quedó al frente del grupo en solitario y contaba con un cómodo colchón de seguridad -cinco puntos sobre el segundo clasificado, Athletic B, y diez sobre el tercero, Eibar- que le permitía afrontar el futuro a corto y medio plazo con cierta relajación. Cinco semanas después, sin embargo, la situación ha dado un vuelco inesperado y el escenario no es ni mucho menos tan idílico.
Porque los tropiezos sufridos por el combinado de Natxo González unidos al acierto de sus inmediatos perseguidores ha provocado que se abra una nueva competición y estos tres conjuntos disputen una particular Liga de un mes. Ese es el tiempo que resta para la conclusión de la fase regular -con sus cuatro compromisos correspondientes- y El Glorioso está obligado a protagonizar en ese periodo un agónico sprint si no quiere ver cómo se ele escapa entre las manos en el último suspiro el objetivo por el que tanto ha peleado desde el lejano septiembre.
El antiguo cómodo colchón se ha transformado en una demasiado fina esterilla y el peligro amenaza por partida doble a la vuelta del camino vitoriano. No se trata de un único rival el que se encuentra en condiciones de frustrar el sueño vitoriano. Bien al contrario y por desgracia para la escuadra de Mendizorroza, el número de candidatos se ha duplicado y son dos los que aguardan un nuevo error alavesista para dar el zarpazo definitivo.
Y es que han sido precisamente los tropiezos del plantel de Natxo González los que han dado alas a sus perseguidores permitiéndoles creer que la caza era posible. El último ejemplo de ello se produjo el pasado domingo, cuando el Alavés saldó una aparentemente más que asequible visita al farolillo rojo de la clasificación virtualmente desahuciado -el Racing de Santander B- con su sexta derrota liguera del curso.
Como quiera que no se trató de un hecho aislado sino de un capítulo más dentro de la particular mala racha de resultados que atraviesa el equipo en las últimas semanas, resulta inevitable que la preocupación haya hecho acto de presencia en las filas vitorianas en el peor momento.
El primer error inesperado tuvo lugar en la trigésima jornada, cuando el cuadro del Paseo de Cervantes se desplazó hasta Las Llanas para medirse al Sestao. En el viaje de regreso desde la Margen Izquierda, en el equipaje únicamente pudo incluir un punto tras firmar un empate a dos goles. Una semana después todo pareció regresar a la normalidad tras la espectacular reacción protagonizada ante el Amorebieta en Mendizorroza y goleada final (4-1) que reflejó el marcador.
Sin embargo, se trató más de un espejismo que de otra cosa. Porque, en el siguiente compromiso, el combinado albiazul firmó una de sus peores actuaciones del curso -si no la peor- para caer derrotado en el importante choque contra el Lleida (2-1). Con el colofón momentáneo de perder el domingo en Santander, el Alavés ha puesto en bandeja a sus principales adversarios el camino de la recuperación.
Y estos, desde luego, no han desaprovechado la oportunidad. De esta manera, tanto Athletic B como Eibar se encuentran ahora mismo a sólo dos puntos del liderato. Es decir, menos de un partido. Teniendo en cuenta que el filial rojiblanco recibirá al Glorioso dentro de dos jornadas, no es de extrañar que desde Lezama e Ipurua vean con relativo optimismo la posibilidad de concluir la temporada regular en lo más alto de la tabla.
Más aún, considerando que la escuadra armera atraviesa por su mejor momento del curso y acumula nada menos que siete victorias consecutivas. Por todo ello, el Deportivo Alavés se ha obligado a sí mismo a tener que disputar un agónico sprint en el último mes del curso en el que todo lo que no sea firmar un pleno y sumar los doce puntos que se van a poner en liza supondrá un grave riesgo de caer del privilegiado puesto que lleva ocupando desde haces meses.
Es cierto que sus perseguidores deben afrontar también compromisos complicados -sin ir más lejos este fin de semana el Eibar recibe a un Amorebieta que apura sus últimas opciones de pelear por meterse en el play off y el Athletic B debe visitar el siempre complicado feudo del Barakaldo- pero no lo es menos que el más mínimo tropiezo por parte albiazul resultaría tremendamente complicado de recuperar. Mucho más todavía si éste se produce en el derbi con el filial rojiblanco. No conviene olvidar, en cualquier caso, que pese a haber perdido su cómoda renta anterior en las últimas semanas, el que continúa ostentando el liderato y disfrutando de dos puntos de ventaja es el Deportivo Alavés.