Vitoria. No hay respiro posible para un Deportivo Alavés que va a tener que sudar todavía lo suyo para asegurarse un liderato que, a estas alturas de curso, se está poniendo más caro que nunca. La agobiante presión de sus perseguidores no le permite al equipo de Natxo González levantar el pie del acelerador, ya que los resultados de la tarde de ayer dejan de nuevo a Eibar y Bilbao Athletic, los dos vencedores en sus respectivos compromisos, demasiado cerca. Los dos actuales puntos de renta con respecto a ambos oponentes no son para nada una cifra tranquilizadora, así que la obligación de volver a ganar es evidente. Un nuevo esfuerzo para mantener un colchón de cierta tranquilidad antes de afrontar una batalla final en la que ninguno de los tres implicados en la batalla por el primer puesto parece decidido a dar su brazo a torcer. Al menos por el momento.

En esta pelea, el cuadro vitoriano se ha ganado el derecho a llevar la delantera y por eso necesita una nueva victoria en su enfrentamiento con el colista para asegurarse que va a seguir reinando en el grupo. A priori, no deberían tener problemas los albiazules con el colista, el Racing B, pero la realidad en el fútbol es bien diferente y queda claro que no va a ser nada sencillo sumar la victoria en La Albericia por mucho que las diferencias numéricas entre ambos equipos sean abismales. Eso hay que demostrarlo sobre el césped.

Al cuadro alavesista le toca cumplir con las previsiones y transformar en realidad sobre el terreno de juego el dos augurado en la quiniela de cada aficionado. Eso sí, cabe recordar que las diferencias en la clasificación, y ninguna hay más amplia que la que separa al primero del último, se vuelven ínfimas en las jornadas finales. Por eso, todo ápice de exceso de confianza debe ser desterrado antes incluso de poner un pie en La Albericia para afrontar el duelo con un oponente que se juega las últimas cartas en la partida por la permanencia.

Le toca a Natxo González volver a remodelar su once inicial ante la sensible ausencia de un Óscar Rubio que se perderá su primer partido de la temporada y cuyo hueco en el lateral derecho será cubierto por Luciano. El desplazamiento hacia la banda del gallego propiciará la presencia de un nuevo acompañante al lado de Javi Hernández y casi con total probabilidad ese segundo central será un Agustín que ya se encuentra completamente restablecido de ese esguince de tobillo que le ha mantenido apartado de los terrenos de juego durante casi dos meses. A partir de ahí, no se prevén grandes movimientos en la alineación con respecto a la que superó a la Gimnástica y la única duda radica en saber la identidad del lateral izquierdo, donde podría continuar Juanje o adonde podría regresar Manu García, lo que abriría un nuevo hueco, para Sendoa o Jonan, en la línea de tres mediapuntas. El resto del once será el mismo que tan efectivo se mostró en la última jornada.