Vitoria. Buenas noticias por partida doble las que recibió ayer Natxo González, ya que mientras que la presencia en el entrenamiento con total normalidad de Agustín Fernández una vez superadas de manera definitiva sus molestias en el tobillo era una cuestión esperada, que Luismi Gracia se ejercitase con el grupo, tocando el balón y a buen ritmo supone una novedad muy interesante de cara a los planes de futuro del preparador vitoriano. Lógicamente, aún tiene el cacereño un período de recuperación y puesta a punto física por delante, pero el hecho de que ya pueda golpear el balón -y lo hizo, además, con confianza- y que empiece a entrar en los ejercicios del grupo ya es un buen síntoma para un futbolista que lleva sin jugar desde el pasado mes de enero.

Fue tras el partido en Irun con el Real Unión cuando el mediapunta volvió a sentir esas molestias en la zona del gemelo derecho que ya le obligaron a perderse un buen período de partidos en el tramo inicial de la temporada. Nuevos exámenes médicos sirvieron para, finalmente, encontrar el origen de esas dolencias que iban y venían y que le impedían ofrecer su mejor nivel y al final del febrero fue intervenido, el primer día de marzo, para corregir un síndrome compartimental en la zona dolorida.

Tras la cirugía, los galenos estimaron en dos meses el período de convalecencia del futbolista extremeño, que la semana pasada comenzó a realizar carrera en solitario y también a tocar un poco el balón. Con una media especial que le cubre la zona operada -el corte realizado para la operación es bastante grande- y se la protege, Luismi se sumó ayer al trabajo con el grupo principal en varios ejercicios en los que tuvo la oportunidad de golpear el balón. Y lo hizo con fuerza y confianza, lo que da a entender que su recuperación marcha según los plazos establecidos.

Así, el mediapunta se encuentra ya en la fase final, por lo que en un par de semanas podría empezar a disfrutar de minutos de nuevo. Esas oportunidades, dependiendo también de cómo se encuentre la clasificación, podrían llegar en los últimos partidos de la fase regular, los que habrán de enfrentar al Alavés con Tudelano e Izarra. Tiempo para ponerse a punto tras tres meses en el dique seco y de convertirse en una alternativa real de cara al play off, ya que se trata de un jugador en el que Natxo González confía plenamente y que cuenta con unas características -velocidad, criterio y gol- que le diferencian del resto de atacantes albiazules.

La otra noticia positiva la representó la presencia de Agustín trabajando con total normalidad junto al resto del grupo. El central lleva siete jornadas fuera del equipo -en Sestao se sentó en el banquillo- por culpa del fuerte esguince de tobillo que sufrió en Zubieta y en las dos últimas semanas ha llevado a cabo un plan de recuperación específico para superar las últimas molestias en los apoyos y el golpeo de balón. Restablecido ya por completo, el exjugador del Sabadell vuelve a estar disponible y no sería de extrañar que Natxo González le diese minutos en La Albericia teniendo en cuenta la ausencia de Óscar Rubio, que llevará casi con total seguridad a Luciano a la banda derecha. El objetivo es que Agustín llegue en plena forma al play off, donde tiene que aportar su experiencia, y por eso comenzará a disfrutar de minutos con asiduidad en este tramo final del curso.

Las dos únicas ausencias en la sesión de ayer fueron las protagonizadas por Luciano y Juanma, quienes aquejado de unas pequeñas sobrecargas se ejercitaron al margen de sus compañeros. No obstante, se espera que hoy puedan participar con normalidad en el entrenamiento que el equipo realizará en Mendizorroza y en el que se preparará el partido con el Racing B.