Vitoria. Regresa el Deportivo Alavés a la escena competitiva después de siete días rumiando la desastrosa actuación perpetrada en Lleida, donde apenas dio una a derechas en todo el partido y, pese a ello, a punto estuvo de llevarse un inmerecido, a la vez que valiosísimo punto, cumplido el tiempo de descuento. El mejor escribano echa un borrón, así que el objetivo es echar pelillos a la mar de manera inmediata y que ese traspié en tierras catalanas se quede en un hecho anecdótico de esos que inevitablemente se tienen que producir en temporadas tan extensas como las futboleras. La perfección no existe y el equipo de Natxo González ha estado rozándola durante mucho tiempo, así que es normal que de vez en cuando, muy de vez en cuando hablando de este Glorioso, se cometa un despiste de esos que amargan durante unos cuantos días. Cuando así sucede, lo importante es analizar las causas y trabajar por seguir mejorando y ese es el objetivo del bloque en el partido de esta tarde ante la Gimnástica de Torrelavega, en el que la victoria es el único resultado válido para dejar atrás el mal sabor de boca del Camp d'Esports y volver a ganar tranquilidad, y con un poco de suerte un poco más de renta en forma de puntos, de cara al futuro inmediato.
Entra la competición en su tramo definitivo, en el que cada error se penaliza mucho más al no existir por delante apenas margen para la recuperación. Falló el Alavés en Lleida al mismo tiempo que sus oponentes culminaron exitosamente sus compromisos. Ahora les toca a los albiazules darle la vuelta a la tortilla, al menos en la parte que les corresponde que es regresar al camino del triunfo. La sensacional temporada firmada deja espacio al fallo, pero también es cierto que los excelsos registros alavesistas no le han servido para hacerse con una ventaja lo suficientemente cómoda como para echarse a descansar sin miedo alguno. Por ello, hay que meterle más puntos al mullido para que el colchón vuelva a ganar en comodidad. Y si después el triunfo propio viene acompañado de un tropiezo de Bilbao Athletic o Eibar, que tienen compromisos ciertamente exigentes, pues mejor todavía.
Rival muy tocado Regresa el Alavés a Mendizorroza, donde su juego ha ido creciendo con el paso de los meses hasta alcanzar un nivel sobresaliente en los últimos partidos. Si a domicilio casi siempre se ha caracterizado por su sobriedad, en el estadio del Paseo de Cervantes su dominio sobre los partidos ha ido ganando enteros con el paso de las jornadas y ante la Gimnástica llega una nueva oportunidad de refrendar esas buenas sensaciones transmitidas en sus últimos compromisos y que alcanzaron la excelencia en la segunda parte del duelo con el Amorebieta.
Ante el equipo de Torrelavega, sumido en plena crisis de resultados con seis derrotas consecutivas y gravemente perjudicado por los impagos durante toda la temporada, la calma, la tranquilidad y la pausa a la hora de manejar el ritmo tienen que volver a ser aspectos fundamentales. Ya ha demostrado este Alavés que los partidos se ganan en el último minuto más habitualmente que en el primero, así que tratará de volver a someter al oponente a un ritmo y presión asfixiantes para doblegarlo con el correr del cronómetro.
A pesar de las duras palabras de Natxo González a la conclusión del partido en Lleida, llegando a inculparse de graves fallos en la confección de la alineación y los cambios, no hay que esperar cambios drásticos de cara a esta tarde. Un par de retoques -Juanje y Guzmán pueden regresar al once-, los que siempre da el técnico vitoriano, pero nada de revoluciones drásticas.