Vitoria. El Deportivo Alavés ha encadenado dos resultados negativos en el momento más inoportuno de la temporada y no le queda otra que dejar atrás el pequeño bache en el que se encuentra sumido para recuperar el ritmo de crucero que con anterioridad tanto le había acercado a sus dos primeros objetivos de la temporada. De nada sirve mirar al pasado y lamentarse por las oportunidades perdidas cuando el calendario señala que en el horizonte hay una nueva oportunidad para resarcirse. Tiene que dejar atrás el equipo de Natxo González los pequeños problemas que han desengrasado su engranaje para recuperar esa fiabilidad casi absoluta que en los días de bonanza le condujo a convertirse en el amo y señor de un grupo que gobierna con mano firme casi desde el arranque del curso y en cuyo mandato quiere seguir asentado hasta que la fase regular baje su telón allá por mediados del mes de mayo.
Las dos jornadas consecutivas sin conocer la victoria han propiciado un atasco en la zona privilegiada de la tabla que no se conocía desde hacía semanas. El Glorioso vuelve a ver amenazada su posición de privilegio con la presencia a dos puntos de un Bilbao Athletic casi tan excelso como los propios albiazules y para evitar que los rojiblancos tengan opciones reales de asaltar mañana el liderato la victoria esta tarde en Tafalla se presenta como una obligación ineludible.
Uno de los aspectos fundamentales en los que tiene que mejorar este equipo es en la particular batalla que mantiene con las porterías rivales. Curioso caso el de los alavesistas, que se muestran mortíferos en los partidos en los que apenas disfrutan de ocasiones pero que al mismo tiempo se hartan de fallar en aquellos partidos en los que se les acumulan las oportunidades. Quitarse la carbonilla de las botas y afinar la puntería, no le queda otra a un equipo que a través de su seguridad defensiva ha acumulado infinidad de puntos pero que también necesita de una mejoría en su pegada para resolver sus partidos.
Llega el equipo de Natxo González marcado por esas dos jornadas consecutivas en las que se ha dejado por el camino cinco puntos que hubiesen supuesto una tranquilidad casi absoluta hasta el final de la temporada. La clasificación para el play off está prácticamente asegurada, pero la batalla cruenta por el primer puesto va a precisar un enorme esfuerzo en el que cada punto va a valer su peso en oro. Por eso no puede permitirse el conjunto vitoriano tropezar por tercera semana consecutiva en la que sería la peor racha del equipo en toda la temporada y también en el peor momento, ya que a partir de ahora recuperar se hace más difícil.
Que el rival de esta tarde, el Peña Sport, se encuentre en posiciones comprometidas tampoco es un augurio de facilidades, ya que en el último tramo de la temporada los equipos que se encuentran en la zona baja pisan a fondo el acelerador y suelen convertirse en protagonistas de inesperadas sorpresas. Sin ir más lejos, la pasada jornada ganaron los cuatro equipos que se encuentran en zona de descenso y el propio conjunto de Tafalla, que estaba en puesto de play off, se llevó un punto de su visita a un campo tan complicado como el del intratable Barakaldo.
De cara a la alineación que disponga Natxo González en San Francisco, las principales dudas están situadas en la vanguardia. Apenas maneja opciones diferentes a las empleadas últimamente a nivel defensivo y el cambio puede venir marcado por la composición del centro del campo.