al igual que es un equipo extremadamente correoso y prácticamente imbatible cuando adquiere ventaja en el marcador, el Deportivo Alavés ha evidenciado a lo largo de la presente temporada que le es imposible ganar cuando es el rival el que se adelanta. Ante Osasuna B se vivió ayer un episodio que ya se ha repetido hasta en seis ocasiones a lo largo del presente curso. Y es que, el estar por debajo en el marcador se ha convertido en un muro infranqueable para los albiazules, que se estrellan una y otra vez en su intento de dar la vuelta a la tortilla. Al empate, a recuperar un punto, es a lo máximo que han llegado. Ante el filial rojillo, ni siquiera eso. Segunda derrota en Mendizorroza del curso y cuarta en el balance total de una temporada que se complica de nuevo tras este tropiezo. La única remontada data de la segunda eliminatoria copera, cuando El Glorioso se sobrepuso al gol inicial del Atlético Sanluqueño.

Con cuatro derrotas y dos empates se saldan esos seis compromisos ligueros en los que el Alavés se ha visto por detrás en el marcador y no ha sido capaz de voltear la adversa situación inicial. Cuando vienen bien dadas, este equipo es prácticamente imbatible, pero cuando el guión inicial se tuerce aún no cuenta con la desenvoltura y la tranquilidad necesarias para afrontar esas situaciones negativas y conseguir dar un final feliz a lo que mal ha empezado. Solo en dos casos, frente al Bilbao Athletic y el Noja, han conseguido los vitorianos recuperar un punto, mientras que frente a Eibar, Real Sociedad B, Zaragoza B y Osasuna B -llama poderosamente la atención los problemas que tiene este equipo cuando se enfrenta a los filiales- han llegado las cuatro únicas derrotas del curso.

En tres de estos tropiezos, además, el guión es bastante similar. Y es que en los duelos ante Real B, Noja y Osasuna B la pérdida de puntos ha venido propiciada por un grave error defensivo aislado a la que se ha añadido una alarmante falta de eficacia en ataque. Esos problemas para convertir en goles sus muchas oportunidades los viene arrastrando el equipo de Natxo González desde el arranque del curso, pero es ahora cuando se están haciendo más evidentes al haber rebajado hasta cotas mínimas su efectividad en los metros finales. Y eso a veces provoca sustos que se quedan solo en eso, pero en otras ocasiones provoca la pérdida de unos puntos que se pueden echar en falta.

Para evitar este tipo de problemas, lo que necesita el conjunto vitoriano es mantener la concentración elevada desde el primer minuto de juego e imponer ese ritmo demoledor e insoportable que le ha llevado a acumular tantos puntos.