Donostia. Todas las temporadas hay algún rival que se atraganta y en el caso del Deportivo Alavés ese oponente ha sido la Real Sociedad B. Ya en Mendizorroza les fue imposible a los albiazules superar a los pupilos de Meho Kodro, una tesitura que volvió a repetirse en la tarde de ayer en una visita a Zubieta que se saldó, por tercera temporada consecutiva, con un resultado negativo para los intereses de un conjunto vitoriano que ve con este empate ligeramente frenado su imparable ritmo hacia el primer puesto del grupo, en el que aún se mantiene firme, al final de la fase regular.

Algo tiene el filial txuri urdin que siempre se le atraganta a los alavesistas. No en vano, de los seis duelos entre estos dos equipos desde el regreso de los vitorianos a la categoría de bronce (en la primera campaña, la 2009-10, no coincidieron al estar la Real B en Tercera División) solo en una ocasión han conseguido los del Paseo de Cervantes llevarse los tres puntos a su casillero. Fue en la segunda jornada del pasado curso, en Mendizorroza, y hubo de mediar remontada.

Ya en la primera vuelta vivió el equipo de Natxo González la tarde más aciaga que de la presente campaña se recuerda. En ningún partido en todo el año generaron los albiazules tantas ocasiones como en ese que acabaron perdiendo en una oportunidad aislada de la Real B que Barcina cabeceó a la red. De sus muchos remates, entre ellos un penalti marrado por Sendoa, no sacó nada positivo un Alavés que se quedaba sin marcar por vez primera a pesar de todas sus ocasiones.

Ese mal fario con el segundo equipo de la Real Sociedad vivió ayer un nuevo capítulo, en esta ocasión en Zubieta. No se le da bien al Alavés jugar contra el filial txuri urdin ejerciendo como visitante. A los precedentes recientes basta remitirse. Ya fuera en Anoeta, donde recibió un repaso impresionante en la temporada de Miguel Ángel Álvarez Tomé, como el pasado curso en Zubieta con Carlos Granero en el banquillo, cuando se cosechó un empate más a sumar a la interminable lista de ese insufrible equipo.

Pues bien, ni un Natxo González que lleva camino de pulverizar todos los registros de este club y de la categoría de bronce fue capaz de que su equipo se sobrepusiese al este particular mal que parece afectarle cuando se enfrenta al equipo de Meho Kodro. De nuevo en Zubieta, la Real Sociedad B, de nuevo por medio de Barcina, ejerció de verdugo de los intereses de un Alavés que, al menos, se alegrará de no tener que enfrentarse de nuevo a este equipo que tanto le ha hecho sufrir tanto en la presente como en las últimas temporadas.