gasteiz. La buena relación que mantienen Natxo González y Pep Guardiola surgió cuando, tras finalizar un partido entre el Sant Andreu y el Barcelona B, el que será nuevo técnico del Bayern de Munich se acercó a hablar con el vitoriano junto a Tito Vilanova. Según cuentan en la Ciudad Condal, la por aquel entonces dupla de entrenadores del filial blaugrana estaba muy interesada en charlar con el preparador vitoriano sobre la forma de jugar que éste había insuflado al Sant Andreu, sobre todo en lo que a las tácticas defensivas se refiere. El potencial en defensa del antiguo equipo del preparador albiazul era tan bueno que hasta Guardiola quiso aprender sus secretos. Y no era para menos. Por aquel entonces, durante el curso 2010-11, Natxo González llevaba tres temporadas implementando un estilo de juego propio y cosechando elogios por su labor en el Sant Andreu, todo basado en una zaga sólida capaz de sustentar desde la retaguardia al resto de líneas.

Su promedio de goles encajados en tierras catalanas distaba aún del que ostenta ahora con el Alavés, que le ha llevado a convertirse a día de hoy en el equipo menos goleado -junto al Elche- de las tres categorías principales del fútbol estatal, pero no por ello era malo.

En su primer año en el Sant Andreu, la campaña 2008-09, encajó 34 goles en 38 partidos (una media nada desdeñable de 0,89 tantos por encuentro) dejando a su equipo tercero, en la 2009-2010 el promedio ascendió hasta 0,92 al recibir 35 goles, aunque hay que recordar que aquella temporada fue campeón del Grupo III. Un año después, en la 2010-2011, bajó hasta el 0,76 (29 goles en 38 choques), si bien el Sant Andreu finalizó la Liga séptimo. Antes, en su primera aventura en Segunda B con el Reus en la 2005-06, la media de goles encajado se disparó ese curso con 1,5 por partido (58 tantos). Aquel año el Reus descendería a Tercera División.

Así las cosas, Natxo González va camino de dinamitar a lo largo de esta Liga sus mejores registros defensivos como entrenador. Los apenas 12 goles encajados en los 25 encuentros disputados hasta el momento le convierten en un ejemplo a seguir para otros técnicos que aspiran a edificar sus equipos desde los cimientos. Guardiola ya tomó buena nota.