Al final de la exigente y congeladora sesión matinal de ayer en Ibaia, donde los jugadores del Deportivo Alavés soportaron una temperatura muy baja y constantes chaparrones de agua e, incluso nieve, la plantilla albiazul se vio agasajada por uno de sus integrantes, Luciano, con una degustación de ostras. El defensa gallego ha pasado un par de días en tierras pontevedresas y desde allí trajo tan excelente manjar que sus compañeros paladearon al final del entrenamiento.