El equipo que controla el centro del campo suele ser el que se lleva el agua a su molino en el mundo del fútbol y ayer el Deportivo Alavés tuvo enormes problemas para superar al Bilbao Athletic, plagado de jugadores de calidad y buen toque, en esa zona del terreno de juego tan importante para desequilibrar la balanza en el marcador. Durante muchos minutos les tocó a los futbolistas albiazules correr detrás del esférico en pos de una recuperación que parecía imposible, pero lo verdaderamente alarmante llegó cuando la pelota estuvo en los pies propios. En esos momentos se pudo advertir una alarmante falta de ideas en la creación de juego, que al final acabó basándose en la calidad individual ante la imposibilidad de que la creatividad apareciese desde la vertiente colectiva.

Volvió a apostar Natxo González de salida por el doble pivote conformado por Jaume y Miki con Jonan por delante y el naufragio fue patente ante un Athletic que hizo circular el balón a su antojo durante casi toda la primera parte. El capitán es un excelente destructor y a eso se aplicó, pero los dos hombres llamados a llevar el peso con el balón en los pies solo estuvieron físicamente sobre el césped de Mendizorroza. Su creatividad con el balón en los pies, las pocas ocasiones en las que lo tocaron, brilló por su ausencia y el equipo lo acabó pagando caro.

El problema viene siendo habitual en un Miki que no le acaba de coger el punto a este equipo y que ya despierta la desaprobación de la parroquia alavesista cada vez que entra en contacto con el balón. Así, trata de evitar cualquier riesgo y, pese a ello, sigue cometiendo equivocaciones y llegando tarde a muchos balones que parecen francos.

Natxo González apreció esta falta de ideas y dejó a Jonan en el vestuario en el descanso para llevar a Luismi a posiciones interiores, pero la apuesta apenas duró diez minutos por una lesión del cacereño. La entrada de Beobide acabó por enredar todavía más la madeja, ya que Jaume, definitivamente retrasado, parecía el único consciente de lo que tenía que hacer, con Miki perdido entre líneas y el mediocentro guipuzcoano vaciándose en la recuperación pero sin aportar tampoco ideas en la creación.

La solución final llegó con el lógico relevo de un Miki que ayer cumplía su quinto partido consecutivo como titular y que abandonó el terreno de juego habiendo sembrado aún más dudas acerca de su rendimiento de las que existían con anterioridad. La puesta en funcionamiento de este jugador se antoja primordial, ya que es el único de sus característica en la plantilla y el equipo le necesita en la creación.