Vitoria. El Deportivo Alavés tiene a primera hora de esta tarde la oportunidad de hacer valer su ritmo infernal comenzando a marcar diferencias serias y significativas con el que hasta la fecha ha sido el único rival capaz de aguantar su constante tirón al frente de la tabla. El Eibar, a veces a trancas y barrancas, había soportado el ritmo de crucero alavesista, pero hoy podría verse definitivamente superado por la apisonadora vitoriana. La derrota de los armeros ayer en Amorebieta abre la posibilidad de alargar la diferencia con respecto al segundo clasificado hasta los seis puntos, magra renta sin lugar a dudas. Eso sí, no se puede vender la piel del oso antes de haber cazado a la fiera. Y el filial del Zaragoza no va a ser un equipo al que resulte sencillo meter mano por mucho que este Glorioso se haya especializado en amargar la vida a los equipos que visita.
Pero como la ocasión es de esas que no se pueden dejar pasar, tendrán que echar mano de nuevo de casta y tesón los pupilos de Natxo González, que hasta la fecha se han mantenido incólumes ante los problemas que ha sufrido la plantilla en forma de reiteradas lesiones. De la habitual habilidad a domicilio para aprovechar las ocasiones que se presenten y la proverbial capacidad que este equipo tiene para candar los dominios de su guardameta dependerán, en gran parte, las opciones de un equipo que aspira a dispararse al frente de la tabla si consigue sumar esta tarde tres nuevos puntos en Zaragoza.
escasos recursos Llega el equipo con el ya habitual problema de todo el curso de una preocupante acumulación de ausencias que se hace más patente en esta ocasión al contar Natxo González únicamente con catorce jugadores disponibles del primer equipo, lo que le ha obligado a volver a echar mano del filial con la entrada en convocatoria de Sergio Herrera y Sergio Llamas.
Este perenne problema que hay que corregir de manera inmediata en cuanto se abra el mercado invernal completando las veintidós fichas de que dispone la plantilla se ve agravado de cara al presente partido al aparecer bajas añadidas a las ya esperadas de antemano. Así, mencionar a los Negredo o Miguel cuando ya se sabe que no van a estar en todo el curso resulta reiterativo, situación parecida a la de un Ayala al que parece perseguirle el infortunio. Más dolorosas resultan la nueva ausencia de Beobide, con quien se contaba para este compromiso, o Juanma, lesionado a mediados de semana. A todo esto cabe unirle la sanción de Manu García, quien forzó la quinta amarilla ante el Racing B para poder descansar -con excelente criterio desde el banquillo- y al que ahora se va a echar en falta en tierras aragonesas.
En esta tesitura, el preparador alavesista va a tener habas contadas para afrontar el tempranero partido de esta tarde, por lo que el once inicial se puede dibujar sobre el planillo sin que exista demasiado margen para la equivocación. Y es que Natxo González parece decidido a mantener la apuesta por el 4-2-3-1 en un campo de buenas dimensiones como el de la ciudad deportiva del Zaragoza, por lo que la única variación será la presencia de Salcedo en la izquierda para acompañar a Rubio, Agustín y Javi Hernández.
En el doble pivote los titulares serán Jaume y un Miki que tiene que seguir ganando confianza en su juego ante las reiteradas ocasiones que se le presentan. No hay más opciones si se mantiene el dibujo táctico habitual, ya que parece complicado que el preparador vitoriano opte por retrasar a Jonan. La única gran duda radica en el extremo izquierdo, con opciones para Luismi, Barahona y Sendoa, quedando la banda derecha para Guzmán (aunque Luismi y Barahona pueden jugar también ahí) y la punta de lanza para Viguera.