Vitoria. Problemas, problemas y más problemas. O, aplicando mejor los términos al panorama del Deportivo Alavés, lesiones, lesiones y más lesiones. Se trata del único punto negro en la temporada del conjunto vitoriano, pero la reiteración de las mismas y su gravedad empieza a ser enormemente preocupante. Porque ya no es solo el hecho de ir perdiendo jugadores por el camino, sino la sobrecarga que tienen que asumir los sanos, con lo que se incrementa exponencialmente el riesgo de que ellos también sufran molestias físicas. El último en caer ha sido Juanma Delgado, lesionado en la sesión de trabajo vespertina del pasado miércoles y que casi con total seguridad no podrá volver a competir hasta el año próximo, ya que la rotura de fibras que ha sufrido le mantendrá en el dique seco entre dos y tres semanas, espacio temporal a todas luces insuficiente para que el valenciano vuelva a vestirse de corto en este 2012.
El miércoles por la tarde dispuso Natxo González un partidillo en el que jugaron mezclados algunos componentes del primer equipo, como Juanma, con futbolistas del filial y del juvenil. En el tramo final de dicha prueba, el delantero valenciano se llevó la mano a la cara posterior del muslo tras realizar una aceleración. Y así en repetidas ocasiones antes de marcharse a vestuarios con la mano en la zona dolorida, presagio de que nada bueno podía venir de ese dolor. Ayer por la mañana el valenciano se ausentó de la sesión de trabajo al confirmarse que ese pinchazo en la cara posterior del muslo había provocado una pequeña rotura de fibras en los isquiotibiales, lo que equivale a un período de convalecencia de entre dos y tres semanas.
Con lo poco de calendario que queda por delante antes del parón navideño, el punta levantino va a tener prácticamente imposible volver a vestirse de corto. En el mejor de los casos, siempre cumpliendo los plazos mínimos de recuperación, Juanma estaría listo para jugar el último partido del año, el del 22 de diciembre en Tudela. Eso sí, teniendo que recuperarse en apenas dos semanas y con el lógico bajón físico por haber estado durante un tiempo sin entrenar con normalidad junto a sus compañeros.
habas contadas A esta ausencia ya segura hay que añadir también la de Jagoba Beobide, quien no acaba de superar su lumbalgia, con molestias que se volvieron a reproducir en el entrenamiento matinal del miércoles. En el caso del centrocampista guipuzcoano, la paciencia se presenta como la mejor consejera porque se trata de dolencias difíciles de tratar y en las que una reaparición prematura puede propiciar nuevos problemas en el futuro.
Estas dos bajas se unen a las de larga duración de Miguel y Negredo y a los problemas físicos que arrastra desde hace un par de semanas Ayala. Además, también causará baja en la visita al Zaragoza B Manu García, en su caso al encontrarse sancionado tras ver en el último partido contra el Racing B su quinta cartulina amarilla.
Por si todo esto no fuera suficiente, tampoco Miki se ejercitó ayer con normalidad junto al resto del grupo. El centrocampista catalán fue otro de los jugadores del primer equipo que tomó parte en el partidillo del miércoles por la tarde y parece que el impenitente frío reinante en Ibaia a esas horas le pasó factura. Ayer tuvo que quedarse en su domicilio aquejado de una gastroenteritis y aunque se espera que esté recuperado de cara al domingo es evidente que dicha enfermedad le va a pasar factura en forma de la habitual falta de fuerzas que suele provocar en los convalecientes.
Con todo este parte de guerra presente, y contando con la recuperación de Miki, Natxo González solo podrá contar con catorce jugadores del primer equipo de cara al compromiso en Zaragoza, por lo que el preparador vitoriano se volverá a ver obligado a echar mano del filial para completar su convocatoria. La presencia de Sergio Herrera en la expedición a tierras mañas es segura, ya que el joven guardameta tendrá que ocupar el hueco dejado por Miguel hasta la contratación del nuevo portero. Para la otra plaza, el preparador alavesista ha recurrido habitualmente a Sergio Llamas, pero también Kevin Calle y Einar Galilea se ejercitan de manera habitual a sus órdenes.
En esta tesitura, Natxo González se verá obligado una vez más a echar mano de recursos tácticos para solventar a base de pizarra las muchas bajas acumuladas.