La andadura de Urtzi Iturrioz en el Deportivo Alavés no había comenzado con buen pie por culpa de todos los motivos de diversa índole que habían afectado al guardameta de Izarra. Los problemas con su ficha durante la pretemporada, una lesión en la preparación que le impidió pelear por la titularidad, el desacierto en sus primeras actuaciones, nuevos problemas físicos... La retahíla de inconvenientes ha sido evidente y en algunos momentos le ha podido pasar factura en forma de nervios o intranquilidad, compañeros ambos innecesarios en una demarcación como la de portero, donde la serenidad es una de las virtudes más importantes. Por eso, la de ayer fue una gran tarde para el guardameta alavés, que asistió prácticamente como espectador de lujo a la victoria de su equipo -apenas tuvo que intervenir en un par de acciones de peligro- y consiguió, por fin, dejar su portería a cero en la que era su séptima presencia bajo los palos del equipo vitoriano. Un rearme anímico que seguro que le viene bien al cancerbero destinado a candar la portería albiazul en los próximos compromisos por culpa de la lesión de gravedad que dejará, casi con total seguridad, fuera de combate a Miguel todo el curso.
Iturrioz tuvo ayer la suerte que parecía haberle dado la espalda durante toda la temporada y que tampoco es nueva para él. Ya el pasado curso, cuando era titular indiscutible en la Ponferradina, una lesión de gravedad le sacó de la circulación cuando estaba demostrando tener un esplendoroso futuro por delante. Para eso, para seguir demostrando sus virtudes, fichó por el Alavés. Y ayer, por fin, tuvo el premio que todo portero busca cuando su equipo ha conseguido el triunfo: dejar su portería a cero.
Hasta su séptima aparición ha tenido que esperar el portero de Izarra para marcharse del campo con satisfacción absoluta. En su estreno, en Copa, un error garrafal propició el gol del Sanluqueño y en la ida contra el Barça se llevó tres tantos, lógicos, en el zurrón. Tampoco tuvo suerte en su debut liguero, ya que en apenas unos segundos recibió un gol en Eibar para una semana después encajar el único tanto con el que la Real Sociedad B se llevó el triunfo de Mendizorroza. Tampoco en la victoria en Amorebieta se libró del gol en contra, aunque más dolió el que propició el empate del Lleida en Vitoria. Pero ayer Iturrioz se sacó la espina y ganó confianza para afrontar el futuro.