Vitoria. El mal sabor de boca que dejaron los dos puntos perdidos contra el Lleida tiene que convertirse en un estímulo para que el Deportivo Alavés vuelva a pisar a fondo el acelerador ante un calendario en apenas dos semanas que se presenta, teóricamente hablando y echando un vistazo a la clasificación muy benigno para sus intereses, mientras que su rival directo en estos momentos, el Eibar, tiene que afrontar una serie de compromisos de máxima dificultad ante equipos que son rivales directos de los actuales primer y segundo clasificados. Dieciséis días, los que van desde mañana hasta el próximo domingo 9 de diciembre, que pueden servir para clarificar todavía más las cosas en la cabeza del Grupo II de Segunda División B, donde el equipo vitoriano puede dar un machetazo importante para cortar el lazo que le une a su más inmediato perseguidor.
El empate en la última jornada unido a la victoria armera ante el Peña Sport propició que la renta que hasta ese momento era de tres puntos quedase reducida a la mínima expresión, un solo punto de ventaja para los albiazules, que de esta manera ven amenazado el primer puesto en el que llevan firmemente asentados desde la tercera jornada. Once semanas consecutivas en un liderato que ahora se ve amenazado, pero que, calendario en mano, puede consolidarse todavía más en el caso de que la lógica impere, cosa también bastante difícil en el mundo del balompié.
Este particular periplo en el que el equipo de Natxo González pretende marcar distancias comienza mañana en Torrelavega ante el decimoquinto clasificado del grupo. La Gimnástica, salvada sobre la campana la pasada temporada con un empate en El Malecón precisamente contra el propio cuadro vitoriano, también pasa por apuros de todo tipo en el presente curso. Los cántabros siempre han sido un equipo batallador y en las últimas jornadas han mejorado, pero su técnico, Pepe Gómez, tendrá que improvisar una zaga completamente renovada para tratar de hacer frente al mejor equipo a domicilio de todo Segunda B.
Una hora antes de este duelo entre dos equipos albiazules, el Eibar afrontará uno de los grandes exámenes de la temporada con la visita al Unión Deportiva Logroñés, un conjunto el de Pepe Calvo que, décimo en la tabla, no puede permitirse muchos más errores, sobre todo en Las Gaunas, si pretende engancharse a la pelea por el play off. Los de Gaizka Garitano están intratables en Ipurua, pero a domicilio se han dejado los nueve puntos que han perdido esta temporada y el conjunto riojano es muy fiable como local.
Entre semana, el miércoles, llegará un paréntesis copero que parece solo va a afectar al Alavés, al que le toca visitar al Barcelona en un partido que no va más allá del mero trámite. Más en juego tendrá el Eibar ante el Athletic, ya que los guipuzcoanos tienen opciones reales de alcanzar la ronda de octavos de final, pero dicho compromiso se pospondrá, casi con total seguridad, al 12 de diciembre. El partido aplazado de los bilbaínos en Israel de la Liga Europa podría disputarse la próxima semana, lo que obligaría a retrasar la fecha inicial del duelo copero que debía celebrarse el próximo miércoles en San Mamés.
El fin de semana tocará compromiso en Mendizorroza e Ipurua, respectivamente. El Alavés recibirá a uno de los equipos más flojos del grupo, el Racing de Santander B (penúltimo con solo 11 puntos), mientras que el Eibar tendrá un hueso bastante más duro de roer con el Sestao, aunque también es cierto que los vizcaínos bajan mucho su rendimiento cuando actúan lejos de Las Llanas.
La segunda gran oportunidad para que el Alavés marque diferencias llegará en la tercera de estas tres jornadas, de nuevo con un doble compromiso a domicilio para ambos contendientes. Rival asequible para los albiazules con la visita al Zaragoza B (tercero por la cola también con 11 puntos) y de nuevo oponente de la máxima exigencia para los azulgranas. El Eibar tendrá que visitar el campo del Amorebieta, donde en temporada y media en Segunda B solo han conseguido ganar los propios armeros y recientemente el Alavés. El actual quinto clasificado es especialmente poderoso en casa y no puede permitirse muchos más tropiezos si no quiere verse descabalgado de la pelea por el play off.
En su transcurrir reciente por este tramo del calendario, el equipo de Natxo González pasó cual Atila por encima de unos rivales a los que masacró, consiguiendo el pleno de nueve puntos de nueve posibles. En el caso del Eibar, de momento solo se ha enfrentado al Zaragoza B y cedió un empate en la capital aragonesa. Así las cosas, todo lo que sea un tropiezo armero, y mejor si se puede unir al triunfo albiazul, supondrá un éxito para las huestes alavesistas en esa larga carrera por acabar la temporada en el primer puesto del grupo.